Hay que comenzar por el principio.
Hay que replantearse cuál es el principio.
La tendencia de muchos editores es la de primero crear la revista y luego arreglárnoslas para conseguir lectores. Yo seguí esa tendencia, pero quisiera invitar a asumir otro modelo para el desarrollo de proyectos de revistas de CF: la revista misma no es el primer paso, sino uno de los últimos.
En la creación de Cosmocápsula, comenzamos por la elaboración de la revista. Se realizó una convocatoria para conformar un comité editorial y para que los autores enviaran sus textos. La respuesta fue grandiosa, rápidamente organizamos un equipo de trabajo, recibimos un buen número de textos, una imagen de portada al mejor estilo pulp, y una amplia difusión a través de internet gracias a lectores, escritores y amigos. Desde ese momento y hasta ahora, los colaboradores hemos desarrollado el proyecto sólo por amor al arte, a la ciencia ficción. Tras cuatro años de publicación (con algunas pausas), el flujo de textos se ha mantenido, el número de autores ha aumentado y han surgido otros proyectos editoriales de CF colombiana, como Mil Inviernos. Tras cuatro años me doy cuenta de que el amor al arte requiere de mucho más que amor para hacer florecer un proyecto.
Montones de veces me he quedado dormido frente al computador mientras edito los textos de mi publicación. Luchamos contra el tiempo, después del trabajo, de compartir con nuestras familias para, con las últimas gotas de energía, dedicarnos a estos proyectos. ¿Cuál será nuestro futuro si nos sigue limitando el tiempo y la energía? ¿Escribir y editar ciencia ficción en español va a ser siempre un hobby? Porque mientras se trate de algo que hacemos gratis y en nuestro tiempo libre, es porque ser escritor o editor de CF en español no se trata de una profesión. No esperemos que el género surja y crezca con una calidad profesional, cuando no tenemos profesionales del género. Concebimos el amor al arte como hacer las cosas gratis, error. El amor necesita tiempo y comida. Un escritor que publique en una revista merece, porque su profesión es esa, la de escritor, recibir una retribución económica. No se sacará un salario de ello, pero podría aspirar a hacerlo de medio tiempo y ganarse el dinero que obtendría de un segundo trabajo al que muchos acudimos para poder sobrevivir a sueldos insuficientes. Así como pagamos sin dudarlo cien dólares por unos zapatos que valen diez, el precio cuadruplicado de una cerveza en una discoteca, lo que cueste una entrada a cine, corresponde también que valoremos económicamente los contenidos culturales de nuestros autores y editores, sin quejarnos por el costo,al igual que no nos quejamos ni regateamos en el surpermercado o en una tienda de dispositivos electrónicos. Esto no sucederá mañana, ni en dos meses. Tenemos la misión de generar un público y una cultura que pague por los contenidos literarios que producimos, sin sacrificar nuestros principios ni la calidad de lo publicado. Lo intentaremos, caeremos y voveremos a intentarlo, no hay una fórmula para el éxito. Si no encontramos una respuesta, deberemos buscar otra. Los compradores esquivos no nos darán una solución, tampoco las editoriales, hace falta explorar, imaginar, como lo hacemos con la ciencia ficción.
Aquí está un nuevo primer paso: diseñar un proyecto editorial que sea autosostenible y que genere ingresos para escritores y editores. No somos comerciantes, ni sabemos de mercadeo, entonces hace falta formarnos para la creación de empresas culturales, ampliar nuestro equipo e incluir personas que tengan conocimientos y experiencia en el tema. Muchas universidades y otras instituciones ofrecen cursos, a veces gratuitos, sobre emprendimiento y creación de empresas. Ya sabemos que tenemos un público que ha acompañado a las publicaciones por años, incluso décadas, hagámoslo crecer aún más y aprovechémoslo para profesionalizar nuestro campo. Hay tantos temas que debemos atender, entre ellos si irse por lo digital o lo impreso y buscar alternativas de pago por lo digital, distintas a las tarjetas de crédito, a las que gran parte de los latinoamericanos no tenemos acceso; hacer un plan de negocios; conocer el manejo de la contabilidad e una empresa, las estrategias de publicidad y mercadeo, etc, cosas que vale la pena atender cuando pienso en ésto:
Cómo me gustaría enviarle a los escritores que publico, junto con la nota de aceptación de su texto, el pago justo por su trabajo.
¿Cómo abordar el primer paso? los invito a que realicen estas cuatro tareas:
- Unirse a programas de emprendimiento empresarial (preferiblemente sobre empresas culturales) en su ciudad.
- Buscar asesoría o incluir en su equipo personas con conocimientos sobre creación y administración de empresas para el desarrollo de un proyecto editorial económicamente productivo.
Descargar y crear su propio modelo Canvas, que es un formato de modelo de negocio. El Lienzo debe llenarse de derecha a izquierda y de arriba a abajo. Recomiendo que hagan varias versiones, pues en cada corrección se aclaran más nuestras estrategias y propósitos. Pueden encontrar una descripción en este artículo y en esta presentación y pueden descargarlo de manera gratuita en este enlace.También les recomiendo desarrollar la matriz DOFA.- Vean este video, que es un buen ejemplo de un proyecto editorial productivo, fiel a sus principios.
Quisiera extenderme en más entradas sobre este tema, pero tengo tanto o más que aprender como ustedes.
Hasta pronto y hagan las tareas.
Buenísimo y válido para cualquier tipo de revista.