Hacia el abismo
Autor:Trujillo Ángeles, Carlos
Editorial:Apogeo E.I.R.L.
Publicado:2020-10-15
ISBN 978-612-48355-0-6
El autor tuvo la gentileza de enviarme un ejemplar de su libro, que viene prologado por Carlos Enrique Saldívar. Conociendo a este último, me animé a leer un libro que supuse me iba a gustar mucho. Lamentablemente no fue el caso, el libro me ha decepcionado.
Esta antología contiene cuatro cuentos que yo calificaría de gore más un epílogo a la última historia en forma de poema. O mas bien habría que decir que es un texto poetiforme, pues le falta mucho vuelo, imágenes, sonoridad para ser un poema. Yo creo que hubiera quedado mejor si en vez de un poema, lo que se encontraba es una carta, pues eso pareciera que en el fondo eso es el texto en cuestión.
Desde el primer cuento, que da nombre al libro, nos enfrentamos con un mal manejo del lenguaje. Frases extremadamente largas y complicada, con una extraña semántica. Muchas frases parecieran no estar en orden. Eso sucede especialmente con el lugar de los adjetivos, como es el caso del siguiente ejemplo
[…]ingresó un extraño violentamente, cuya apariencia llamó la atención del resto.
Si hubiese escrito “ingresó violentamente un extraño”, habría evitado el rompecabezas que esa frase nos crea en el cerebro.
Por otro lado, los personajes son planos, bastante básicos y todos hablan de la misma manera, lo que indica un trabajo poco pulido en cuanto a los diálogos.
El lugar no está determinado, pero hay referencias que nos hacen pensar en Latinoamérica: la corrupción de los policías, por ejemplo. Por eso mismo resulta asombroso que se hable de ese “país” de la frontera como “ideal”, en donde el personaje de la joven encontrará paz pues los policías son “honestos” ¿En serio? Por otro lado, los personajes tienen nombres extranjeros, inclusive hay un Jhonny, sí, escrito así). No tengo nada en contra de los lugares no especificados en un cuento (es más, yo muy pocas veces especifico dónde ocurren los míos), pero eso no implica que respetemos un poco la coherencia textual. En este caso los nombres extrajeros suenan forzados. Hay una clara influencia del cine, en las descripciones de persecución, por ejemplo, lo que a mí en lo particular no me gusta mucho. Hay también diversos narradores y algunos saltos en el tiempo, lo que curiosamente sí maneja bien (y no es trabajo fácil hacerlo), por lo que pienso que no hubo un trabajo de relectura y corrección muy serio al final. Al parecer el autor maneja algunas técnicas narrativas, pero falla en la construcción semántica.
En el segundo cuento, “Campamento maldito”, nos encontramos con los mismos problemas, además de inútiles explicaciones. ¿Era necesario explicar el porqué del nombre de los convictos? No lo creo porque son nombres bastante obvios. Es sabido que el exceso de explicaciones puede arruinar un cuento. Aquí nos encontramos nuevamente con varios narradores y puntos de vista, en una suerte de vasos comunicantes. Y nuevamente funciona. Si sólo el autor hubiera limpiado su texto antes de publicarlo…
El siguiente cuento “Retrato del niño llorando” es el que está mejor escrito. Sin embargo, al tratarse de una leyenda urbana, yo me esperaría una vuelta de tuerca y ésta no llega. El ambiente gótico está muy bien logrado, lo que no sucede con el cuento siguiente. Al ser este el cuento más corto del libro, me pregunto si más bien el autor maneja mejor los cuentos cortos que los largos.
El siguiente cuento “Muerte al anochecer”, trata de recrear un ambiente gótico y la verdad es que no lo logra, hay demasiadas repeticiones, frases muy largas y complicadas… es decir el mismo problema de los otros cuentos. Por ejemplo, encontramos esta frase: […] decido huir recorriendo el largo de una avenida, una avenida con una alameda que a esas horas parece tener las pocas hojas negras y mustias”. No sé ni por dónde empezar, si por la horrible repetición de palabras, el hecho de que una avenida contenga una alameda (cuando una alameda ES una avenida con árboles) o ese extraño artículo definido. Más adelante el autor nos describe a unos misteriosos personajes diciendo […] “la vestimenta con la que van vestidas”. Demasiados errores básicos en una sola historia.
Para colmo no es solo en la redacción que este cuento tiene errores. Si los otros por lo menos manejaban bien la verosimilitud, a pesar de manejar varias voces y puntos de vista, en este texto hasta eso falla. El personaje principal es perseguido por un extraño vestido de negro. Llega a su casa y de pronto alguien llama a la puerta. Suponiendo que es el desconocido, el personaje principal se arma de un cuchillo y llama a su perro. Para su tranquilidad era la vecina. Luego de un rato llaman nuevamente a la puerta, esta vez decide vestirse y escapar por la escalera de emergencia. ¿Qué pasó con su valor? Por otro lado escapa con la idea de ir a la comisaría. ¿No tiene teléfono? Las elecciones son más que inverosímiles: son traídas de los pelos.
En conclusión, pienso que al autor le falta corregir más sus textos antes de entregarlos a la editorial. Sin embargo, por el buen manejo de la estructura de la historia, creo que, con un poco de esfuerzo, logrará su cometido.
Sobre el autor: Carlos Ernesto Trujillo Ángeles (Lima, 1990) Escritor y poeta. Ha escrito los libros: “La entidad oculta” (Bisagra Editores, 2013), “La vedada nostalgia” (Cuerdo Ediciones, 2014), “Todas las caras del amor” (Ediciones Cuento de Lodo, 2015). Ha participado en antologías y en varios eventos literarios.