La Venganza de los Apus.
Sarko Medina Hinojosa
Iniciativa Prometeus, Perú
Este libro me trae recuerdos infantiles, historias que mis abuelas (una de la selva y otra de la sierra del Perú) contaban como fehaciente verdad, a pesar de lo fantástico de los detalles.
Y es que en Latinoamérica lo real maravilloso no es solo una corriente literaria, es la vida misma, la naturaleza.
Esa misma naturaleza que se ve invadida, violada por los otros, esos que no necesitan ser extranjeros para dejar de creer y respetarla. Y como la naturaleza está viva, ella hará lo que sea necesario para defenderse. Así en el cuento que da nombre al libro, una planta parasitaria se convierte en el arma de venganza. Sin embargo los dioses no olvidan a los que no los olvidan. En “Bosque encantado” un guía se aprovecha de la curiosidad de los forasteros para poder cumplir con el obligado pago a la tierra. En “Pagando favores” ni la luna se olvida de proteger a los animales, cuando estos la veneran. Sin embargo la civilización, insiste en imponer su presencia y perturbar esa armonía existente. Es el caso del pobre chullachaqui (demonio) que joven y solo busca desesperadamente a su familia en “Pero al menos tendrá comida”
Este es un libro lleno de dioses y demonios antiguos: Quilla (la luna), Supay (el demonio), las sirenas que abundan en los ríos amazónicos, esas que son capaces de amar hasta la venganza. En el mundo de estos seres hay reglas que cumplir, pagos que hacer, las consecuencias de no hacerlo pueden ser fatales: maldición familiar como en “Saludos de un viejo amor” o “Promesa incumplida”, o la muerte como en “197 puñaladas” o “El trato con Supay”.
Algunos de estos cuentos tienen un tono borgiano, son el caso de “Redecorte” o “Larga maldición”, en donde el tiempo se detiene o retrocede.
Dos cuentos son mis favoritos: “El viejito sabor a trigo” cuya muerte es una de las más hermosas que haya leído, porque lo importante es no perder la dignidad hasta el final. El segundo curiosamente habla de lo contrario: de la inmortalidad. En “De raza le viene lo eterno” un anciano viene de la sierra hacia la ciudad y se sienta tranquilamente en un parque, casi formando parte del paisaje. El narrador cuenta cómo lo ha visto imperturbable desde que fue niño, en el mismo lugar. Y es que esta es la más hermosa metáfora que alguien pueda escribir sobre nuestra tierra: nada, ni la civilización, ni la modernidad podrán destruir la herencia de esta tierra infinita.
El único hic que le encuentro a este libro es que para mi gusto los títulos dan demasiada información sobre la historia. Quizá unos títulos más imaginativos hubieran sido mejor… pero entiendo la falla… que justo también es mi talón de Aquiles: soy muy mala poniendo títulos.
A parte de ese detalle, las historias están bien narradas y son muy ágiles, de fácil lectura, sin que eso sea un defecto sino más bien una cualidad.
Sobre el autor: Sarko Medina Hinojosa es periodista de profesión, trabajó en varios medios de comunicación arequipeños (Arequipa al Día, Noticias, Radio San Martín, etc.) Escribe artículos para diversos medios de comunicación local, regional e internacional. Cuentos suyos han aparecido en varias revistas y compilaciones como El Umbral, Antología de cuentos insólitos, Somos Libres, Mil Voces tiene la Muerte, Penumbria 11, Internacional Microcuentista, El Fantasma de las Navidades Pasadas, entre otros. Escribió cuentos para niños con el seudónimo de “Momotaro” para la revista colombiana Ciudad Nueva durante 4 años y actualmente en dos medios escritos locales.
Ha publicado digitalmente y en descarga gratuita: 33 microcuentos de verdades en pareja, Palomas, Insólita Realidad e Impactante Fascinación. El año 2014 presentó su primer libro de cuentos en papel Palo con Clavo y Santo Remedio.
