“Aquí entramos en el mundo de las sombras y los terrores nocturnos, en la pesadilla que anida detrás de una realidad precaria, en el misterio que la razón humana no puede explicar, sino apenas intuir”. Así catalogó esta obra el también escritor chileno Diego Muñoz Valenzuela cuando fue lanzada en el 2009 en Santiago.
Pero es menester que ordenemos las ideas entorno a este libro de cuentos fantásticos que nada tiene que envidiarle al genio de H.P Lovecraft, al de Julio Cortázar o de Jorge Luis Borges.
En octubre del año 2009 fui gentilmente invitado por Diego Muñoz Valenzuela para asistir al lanzamiento de este libro del desaparecido autor Héctor Pinochet, quien vivió muchos años en el exilio en Italia, específicamente en Bolonia, lugar donde se cristalizaron esos “sueños, angustias y esperanzas del inolvidable exilio” como llamó él a sus cuentos. Ese año se redita esta obra literaria de lo fantástico, que es un compendio de relatos, gracias a una iniciativa de la editorial SIMPLEMENTE EDITORES, a su familia y amigos.
Debo señalar que quedé impresionado con la narrativa de este escritor chileno, desconocido para mí hasta ese año. La pulcritud de su prosa y la genialidad de sus historias lo dejan a uno ansiando leer más. Es un libro que consta de seis cuentos:
El hipódromo de alicante
Hordaza, la aldea de los hombres impotentes.
La casa de Abadatti.
La última huida.
Los dos círculos.
Un día Pietro Tatarquino.
De los cuales, para mi gusto, “El hipódromo de alicante”, “La casa de Abadatti” y “Un día Pietro Tatarquino” son los mejores de esta colección.
El autor ha sido homenajeado en más de una ocasión por otro prosista: Fernando Jerez, quien le dedicó el cuento “A la maleta” con estas palabras: “Este cuento es para el escritor Héctor Pinochet Ciudad. En el cielo los debe tener a todos jugando póker y apostando a los caballos”. Ese mismo año, lo cita en su novela “Nostalgias y Desdenes” donde el personaje de nombre Martín, de oficio escritor, busca homenajear al autor Néstor Señoret, desconocido en su país que retorna del exilio y que no es otro que Héctor Pinochet.
Cabe señalar que no tiene ningún parentesco con el dictador que motivó el exilio de Héctor a Europa el año 1973.
Este libro de cuentos nos transporta desde esa realidad vívida y a ratos cruda de algunos de sus personajes hasta sumergirnos en esos mundos envueltos en el misterio y el horror que engendran los más oscuros delirios del género humano. Donde los espectros asoman del más allá para desafiar a los mortales. Tal es el caso de El Hipódromo de Alicante que desde sus primeras líneas despierta nuestra curiosidad con la llegada de ese desconocido, que hace su aparición en un bar trayendo consigo el misterio y también la desdicha, sumiéndonos en una atmósfera depresiva, angustiante y que a ratos bordea las fronteras del horror. El mundo de la hípica, llevado magistralmente por Héctor a un nivel único, símil a esas historias de la dimensión desconocida, donde ocurren cosas insólitas, perversas y donde los personajes se rinden a las tentaciones del dinero fácil, del mundo de las apuestas, para caer en lo más oscuro. Sacando a flote esas debilidades tan propias del género humano.
Al igual que lo hace Julio Cortázar, en algunos de sus cuentos, así también la ágil pluma de Héctor nos lleva a mundos alternativos o realidades paralelas con sus cuentos: La Casa de Abadatti y Un día Pietro Tatarquino. Este último describe la angustia de un hombre que al despertar aquella mañana en su departamento, se da cuenta que está sólo en el mundo. El texto describe la incertidumbre que aflige a Pietro al recorrer las calles de Bolonia buscando la verdad que es esquiva, antojadiza y él se esmera por tratar de comprender lo que ocurre a su alrededor. Quizás es una alegoría de lo que el mismo Héctor estaba viviendo allá, lejos de su patria.
En La Casa de Abadatti nos lleva a otra realidad, donde el sentimiento de lo fantástico se manifiesta poco a poco, como en todos sus cuentos. Héctor va dosificando en justa medida la intrusión del lector a esas atmósferas de pesadilla, de realidades difusas, exóticas y de seres peregrinos.
Quiero solamente compartir con ustedes las primeras líneas del “Hipódromo de Alicante”, que le da el título a este libro, sólo para que se empapen de la sabrosísima narrativa de este autor: “Llegó un hombre aquella noche con luminarias en los ojos y en la mano un fardo de billetes anchos como una calle. Lo miraron de a poco. Como suele mirarse una desdicha, o una aparición funesta.
Volvieron a escrutarlo entre las sábanas del humo, y el caminaba hacia el mesón, y vacilaba, y era delgado y sufriente, de barba rala. Se afirmó en la barra y pidió una copa. Cuando se la sirvieron, ya no le interesaba, pues estaba embobado mirando hacia las mesas. Estuvo de a punto de acercarse acá, pero se detuvo indeciso. El mozo les dijo: “Aquí está su copa, señor”, y él se dio vuelta bruscamente y se la echó al coleto. Pagó con uno de esos enormes billetes y le hizo señas al mozo de que se quedara con el resto. El abrió los ojos y la boca y permaneció con el billete a media altura, pero el otro ya se encaminaba hacia la mesas.”
Algo de la biografía de Héctor Pinochet, extraída del mismo libro: “Nació en Santiago de Chile en 1938. Excesivamente autocrítico, sólo en 1969 se permite publicar Poemas de amor y, al año siguiente, Alrededor de todo, obra que obtiene en 1970 el Premio Gabriela Mistral (poesía), otorgado por la I. Municipalidad de Santiago. En 1986, publica “El Hipódromo de Alicante y otros cuentos fantásticos”, Ediciones Bogante, Madrid España. Sale al exilio en 1973 y regresa en 1987 a un país que “no me ofreció más que hambre, desolación y olvido”. Dedicó gran parte de su tiempo en el destierro a trabajar por el retorno a la democracia a Chile. Acá, publica “La casa de Abadatti y otras ficciones”. En Italia, su obra poética recibió varios premios. En cierta ocasión, declaró acerca de su narrativa: “Hay quienes, por etimología, la consideran Literatura del Horror, porque dicen que “fantástico” viene de “fantasma”, pero la verdad es que significa “aquello que está hecho de fantasía”. Parte de su obra ha sido traducida al italiano, francés, alemán, griego, inglés y ruso. Falleció en 1998.
Sobre el autor: Fabián Cortez González, novelista y cuentista chileno, ha publicado la novelas de ciencia ficción “Los Peregrinos” (Simplemente Editores 2012) y “Réquiem para Tahinus” (Puerto de Escape 2014)