Un comentario aparecido en el perfil de facebook de un amigo, me hizo reflexionar sobre una situación común con la que se enfrentan los escritores de ciencia ficción y fantasía: El desprecio de los escritores “maistream” con la absurda premisa de que escribimos literatura “light”. Nada más lejos de la verdad.
Para ejemplificar, les contaré que una vez un escritor “comprometido” me criticó eso mismo, mi falta de compromiso con la “causa”. Me pregunto a cual se refería pues soy de izquierda, pacifista, feminista, cristiana y aquí paro porque sino no termino. Y es que como toda persona soy un ser complejo en sus elecciones. Solo los fanáticos siguen una única “causa”.
Pienso yo que aquí hay varios aspectos interesantes que habría que explorar. En primer lugar creo que no se necesita hacer una literatura que yo calificaría de panfletaria para estar comprometida con una idea. Más bien es muy fácil hablar de desigualdad social debido a la creencia en una raza superior, lo difícil es escribir una metáfora sobre el tema como hizo Ray Bradbury en sus Crónicas Marcianas.
Y aquí vienen un segundo y tercer punto. El segundo sería hacer notar la imposibilidad de escribir sin plasmar las opiniones personales, si se es un escritor honestamente profesional. Esto no significa que solo podamos escribir sobre nuestras realidades, sino que siempre será nuestra visión personal de esas realidades. Yo puedo escribir un libro cuyo personaje principal sea un hombre racista, pero siempre será MI visión de lo que es un hombre racista, porque no soy ni lo uno ni lo otro. No podemos evitar que nuestras ideas, valores etc. pasen a lo que escribimos, pues evidentemente si un tema nos interesa, es por algo. El caso de Crónicas Marcianas lo muestra bien: es evidente que la opinión de Bradbury hacia s sociedad es de crítica. Sin embargo hay que leer entre líneas para comprender esto. Quizá algunos solo lean un texto divertido y poético.
Y eso me lleva el tercer punto: Por más política que sea la obra de ciencia ficción o fantasía, siempre ofrece múltiples lecturas, desde la más simple a la más compleja. El escritor es por lo general suficientemente sensato como para dejar la elección del tipo de lectura al lector. Una literatura panfletaria no le deja libertad de elección al lector simplemente porque no posee más que un tipo de lectura. Inclusive quizá hasta obtenga los resultados contrarios, porque puede que muchos o quiera leerla simplemente por temor a ser relacionados con las ideas vertidas en el texto. Ya lo explicó Hal Duncan en su entrevista, quizá muchos jóvenes homosexuales pueden hacer pasar su libro ante sus padres, mientras que una revista abiertamente gay sería prohibida.
Es muy fácil criticar cuando no se sabe del tema y eso es muy común en el “mainstream”. Una manera de luchar contra ello es haciendo crítica literaria seria y sé de muchos en América Latina que lo están haciendo (y curiosamente muchos de ellos son bloggers en Amazing Stories) y sobre todo no dejarnos menospreciar, que nuestra gran fuerza es poder pasar donde la literatura panfletaria sería prohibida. Este tema da por cierto para un ensayo de varas páginas, pero prefiero dejarlo aquí solo como una reflexión para que empieze la discuci;ón.