Actualización 12-03-2014. 21:32 pm: Inclusión de subtítulos en el cuerpo del texto
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Para esto de crear una revista sea de ciencia ficción o de otra temática, necesitamos un grupo de personas que cumplen diferentes roles para garantizar su funcionamiento. Tenemos al webmaster, al corrector de textos, al encargado de redes sociales, al lector de pruebas, al director del arte, el diseñador, etc. Entre todas estas figuras, hay una que es la cabeza visible del equipo: el editor.
¿Qué es un editor?
El editor es el individuo encargado de dirigir la publicación y de establecer las reglas de juego como son: a) los filtros: qué se publica, qué no se publica, cuándo se publica, control de calidad; b) el enfoque editorial: la desición sobre qué tipo de material se publica. Si se trata de ensayos científicos, literarios o filosóficos; si los cuentos se ajustan a un estilo, temática, subgénero, si se realiza un especial temático; y c) la coordinación de los todos miembros del equipo de la publicación.
Idealmente tendríamos un gran equipo, multidisciplinario, para cubrir todas las necesidades editoriales. Sin embargo, una revista de ciencia ficción suele ser un trabajo de grupos muy pequeños e incluso de individuos, además de que se cuenta con pocos recursos, por lo que varios de los roles del equipo editorial deberán ser asumidos por una sola persona. En mi caso, con Cosmocápsula, el comité de revisión y edición de textos ha sido conformado por un promedio de tres o cuatro personas en cada número, incluyéndome y contando la participación infaltable e incansable Dixon Acosta; posteriormente se unió Le Yad como ilustradora y directora de arte. En cuanto a las otras funciones, me ha correspondido a mí ser el webmaster, editor, administrador de redes sociales, entrevistador, gestor de recursos, y lo que surja.
Dadas estas condiciones, necesitamos que el editor sea multifacético y esté en capacidad de asumir varios roles mientras se nutre su equipo editorial. Para poder establecer y desarrollar una publicación de acuerdo a las reglas de juego que se han impuesto, un editor debería tener una habilidad obligatoria, y varias recomendadas.
Habilidad obligatoria: ser un gran, gran lector.
Para ser un buen editor no hace falta ser un buen escritor, pero sí es esencial ser un lector impulsivo, constante, y conocer profunda y apasionadamente aquello sobre lo que se va a editar. Además, debe ser un lector altamente crítico, capaz de discernir entre la calidad de las distintas obras y qué las hace buenas, mejorables, regulares o malas. Debe ser un catador de textos que identifica matices, influencias, variaciones. Esta sola característica basta para ser un editor, para asegurar la destreza de establecer un filtro de calidad que provea a la publicación con buenos contenidos.
En cuanto a las habilidades recomendadas, son de carácter diverso y no es necesario asumirlas todas. Se trata de aprovechar conocimientos previamente adquiridos en otras áreas que puedan aportar a la publicación, como también tener la mente abierta a aprender cosas que nos servirán incluso por fuera del marco editorial.
Análisis, corrección y retroalimentación
La primera recomendación es la de tener gran destreza en la corrección de textos: poder analizar, corregir y retroalimentar escritos tanto en lo relativo a cohesión y coherencia, como en lo concerniente al estilo y edición ortotipográfica. Para lograr estas capacidades se necesita lectura intensiva y formarse con la ayuda manuales del uso de la lengua. Una buena opción adicional es la de tomar un curso de corrección de textos (tomé uno por internet y me dejó muy a gusto. También hay uno en Coursera que estoy esperando iniciar: Corrección y estilo en español)
Conocimiento de los principios y técnicas de escritura
Otra habilidad importante es conocer el proceso de escritura de aquello que se edita. Por ejemplo, en el caso de que se editen principalmente cuentos (como es mi especialidad) es conveniente tener una formación como escritor, así sea básica. Hay muchos manuales y libros de escritura de cuento, pero personalmente recomiendo ingresar a un taller literario (yo ingresé a uno más por el gusto de escribir cuentos que por otra cosa). El taller literario ayuda a elevar muchísimo el nivel de lectura crítica, pues provee al editor con bases más firmes para analizar y retroalimentar un cuento, una vez conoce los elementos estructurales, técnicos y artísticos involucrados en la escritura literaria. Ahora, esto depende de la línea editorial de la publicación y del gusto del editor, quien decide si mejor se forma en la escritura de ensayos, artículos, crónicas u otro género y pone textos de otra índole en manos de los lectores de pruebas que haya sumado a su equipo.
Uso de software y herramientas web
También está la parte del manejo de herramientas tecnológicas y de software. Conocer las herramientas de una suite de oficina como pueden ser Microsoft Oficce o LibreOffice ayudarán muchísimo a la facilidad y comodidad del trabajo: las herramientas de comentarios, control de cambios, anotaciones, etc. También son útiles las plataformas de colaboración en línea como Google Drive o Zoho; el conocimiento en el manejo de gestores de contenidos como WordPress, Blogger, Joomla, entre otros; un manejo básico de editores de imágenes, entre los cuales recomiendo Gimp por su gran utilidad y porque es gratuito; y una idea de programas de maquetación, como Scribus, con el cual me aventuré alguna vez pero me venció la enorme cantidad de tiempo que requiere la maquetación.
Esta es una lista empírica, breve e incompleta. Aunque parezcan muchas cosas las que necesita un editor, y es que lo son, no hay prisa, se van adquiriendo en el camino, porque ser editor no es tenerlo todo preparado y aprendido, sino formarse a uno mismo, con tiempo, trabajo y experiencia, como la cabeza de una publicación.
David Pérez Marulanda
