Este es uno de los libros que debía desde hace mucho. La primera edición de este libro se publicó en México por Ediciones Periféricas en 2020.
Esta historia no tiene nada que ver directamente con el escritor cuyo nombre es muy parecido al título. Digo directamente, pues indirectamente tiene una relación con la clase social de este escritor y con su esnobismo.
Narra la historia de dos personas que aparentemente no tienen nada que los conecte (por lo menos, no hasta en extraño final). El primero es Vargas Yosa, un ricachón que nació sin miembros y que se aprovecha de esta situación para hacer aún más dinero, convirtiéndose en un speaker de auto-ayuda. El segundo es Marquitos, un joven que vive en el otro lado del charco social y que pasa por esa vida más que caótica, sin al parecer preocuparse por nada.
Me gustó la construcción de la historia, una ciencia ficción con grandes pinceladas surrealistas, que de alguna manera me hizo recordar a los escritores de L´Oulipo. De ellos también tiene una irreverencia, que para algunos puede llegar a la vulgaridad.
Por otro lado es una sátira social que tiene mucho simbolismo. Así, cuando Vargas Yosa milagrosamente se despierta con brazos y piernas, pareciera que sólo los de su clase son capaces de ver sus miembros. La servidumbre, es decir las personas “comunes”, no ven ninguna diferencia. Una buena metáfora de cómo la gente “de bien” se percibe como especial, despreciando a los que no pertenecen a su clase, cuando en realidad son solo personas comunes y corrientes, que comen y sangran como todos los humanos. Otro detalle interesante es el estado de Vargas Yosa al principio de la historia, físicamente parecido a un gusano, es decir un parásito, lo que muchas veces es la situación de los hijos de las “familias de bien” en Latinoamérica, quienes muchas veces sólo heredarán el negocio familiar y vivirán de éste, mientras otros trabajarán para él.
Debo decir que disfruté buscando significado a estos y otros simbolismos.
Ahora bien, hay un detalle que no me llega a convencer. Y es el exceso de bromas escatológicas. En alguna reseña leí que comparaban estas bromas con el programa « South Park ». Yo más bien lo compararía con « Terrance and Phillip », el dúo de comediantes canadienses cuyo único gag consiste en lo que se conoce como “toilet humor”. Es decir que el humor que utilizan se apoya en repetir la misma broma una y otra vez. Pienso que la intención de Trey Parker y Matt Stone (creadores del programa) es burlase de este tipo de humor, muy popular entre los jóvenes y que simplemente es barato y aburrido.
Una buena broma escatológica tiene que ser sorpresiva para chocar, si se repite muchas veces, pierde fuerza y cae en la vulgaridad. Creo que el libro hubiera podido prescindir de algunas bromas de ese tipo, sin perder su carácter satírico, irreverente y provocador.
Si embargo, no le quita mucho a la historia y si ustedes, como yo, disfrutan de una buena crítica social, apreciarán este libro.
Sobre el autor.
Julio Meza Díaz (Lima, 1981). Estudió Derecho en la PUCP. . Es autor del libro de cuentos “Tres giros mortales”, la novela “Solo un punto”, el conjunto de novelas breves “La máquina del orgasmo infinito”, los poemarios “Lugares comunes” y “Matemáticas sentimental”; por este último ganó el premio de poesía “Cayetano Heredia” 2010.Ha sido finalista del Certamen de poesía laEditorial 2013 con su poemario inédito, “No me gusta el fútbol”.