UMBRAL Y OCEANO y otros cuentos
Néstor Toledo
14,5 x 20,5 cm, 186 páginas;
ISBN 978-987-33-6257-6
Es muy conocida dentro de la ciencia ficción, la discusión entre si es mejor la llamada ciencia ficción dura o la suave. Algunos inclusive van hasta a sugerir que la “verdadera” ciencia ficción es la dura y exigen de los escritores largas descripciones tecnológicas, al tiempo que critican el exceso de “temático” en la ciencia ficción contemporánea. Sin embargo hay los que, como yo, contestan que hay espacio para todos los gustos y que tratar de oponer sub-géneros es absurdo.
Puedo suponer que Néstor Toledo opina igual hasta el punto de borrar las supuestas fronteras. En efecto, sus cuentos tratan las eternas cuestiones filosóficas que perturban al ser humano: qué significa ser humano, dónde se encuentra el límite entre la animalidad y la animalidad, de qué manera las nuevas tecnologías cambia nuestros valores y nuestra percepción del mundo. Al mismo tiempo nos habla de holobooks, neuro cómputo, biomateriales como celulosa autoensamblable con los cuales realizar esculturas cinéticas o software sensorio-motriz con soporte vital de redes neurales formadas por tejido vivo. Todo con sus respectivas descripciones, realizadas generalmente por un científico al que de pronto le asalta la iluminación del descubrimiento que va más allá de lo científico. Este quizá sea el mayor logro de este libro: combinar los dos supuestos tipos antagonistas de ciencia ficción. A pesar de que todos los cuentos tienen un tema que se podría considerar sociológico, también tienen una fuerte base científica y tecnológica. En los cuentos encontramos una original miríada de alienígenas que por lo general combinan lo mecánico con lo orgánico.
El libro consta de siete cuentos además de una entrevista y muestras de las ilustraciones realizadas por el autor para cuentos propios y de otros escritores.
Uno de las interrogantes más importantes para Toledo, pareciera ser las intenciones de los hombres al usar la tecnología. Así pues en “La fiebre del que espera frente al despertar”, un científico es mantenido en vida solo por no perder los millones invertidos en un robot, en “Cualquier selva del mundo”, importa poco el estudio de una forma de vida alienígena para los intereses de un país, en el cuento que da nombre al libro, un hombre pasa de sentirse desesperado ante la posibilidad de la muerte a obnubilarse por las nuevas habilidades desarrolladas. Intereses económicos y políticos, soberbia al considerarse una inteligencia superior, desprecio hacia lo desconocido parecieran ser las motivaciones del hombre, según Toledo.
Eso le lleva a Toledo a cuestionarse también sobre el significado de vivir y existir, el límite entre la humanidad y la tecnología. Así pues en “Umbral y océano, el hombre llega a un grado casi de animalidad al modificar su cuerpo para poder sobrevivir en el planeta sobre el cual ha quedado varado, mientras que el aparato de inteligencia artificial, sobrepasa el límite de la máquina en su intento por recuperarlo, hasta el punto de ser capaz de empezar a sentir emociones. En “el Túmulo”, el invasor llega a encontrarla belleza en el mundo invadido y sus extraños seres. En “Genev y el dragón”, Genev es una joven mutante que puede convertirse en un terrible monstruo y el dragón una criatura mecánica que sin embargo posee un cerebro orgánico, ambos seres marginales se encuentran y literalmente se unen para abandonar la soledad. Por otro lado en el mismo cuento se menciona que para poder crear robots de combate, se ha tenido que recurrir a una estratagema para poder romper las famosas leyes de la robótica: decir que el enemigo no es humano. Entonces ¿Cómo definir la humanidad en ese caso?
Los cuentos están magistralmente narrados, poseen una remarcable calidad literaria, las descripciones tecnológicas no son relleno para satisfacer a los amantes de la ciencia ficción “hard”, sino que realmente forman parte del desarrollo de la historia. Por otro lado el sugestivo título va más allá de ser simplemente el nombre de uno de los cuentos antologados, sino que se presta a múltiples interpretaciones. En primer lugar el umbral podría ser nuestro concepto tradicional de humanidad, que nos limita y encasilla y el océano las infinitas posibilidades que se nos presentan si nos atrevemos a cruzar ese umbral. En segundo lugar el umbral podría ser el límite que nos impone las etiqueta que se colocan en el género – en este caso la frontera entre la ciencia ficción “hard” y la “soft”, y el océano nuevamente las diversas posibilidades que tenemos si decidimos olvidarnos de etiqueta y simplemente nos dedicamos a escribir lo que queramos, sin preocuparnos por el nombre que tendrá el resultado final.
Si bien todos los cuentos son remarcables, hay dos que en mi opinión sobresalen. El primero es “Genev y el dragón” porque no solo combina la cifi dura y la blanda, sino también la literatura fantástica pues el cuento está lleno de esos seres de fantasía. No solo tenemos al dragón de título, sino también a hadas y ángeles, quienes en este caso son robots de guerra. El segundo cuento es “la soledad de las superficies”, hermosa metáfora de dos soledades que se encuentran y la necesidad de contacto físico. En mi opinión, es uno de los mejores cuentos que he leído en mucho tiempo.
Cuando Laura Ponce me envió este libro para hacerle una reseña, me comentó que para ella, Néstor Toledo es uno de los mejores Latinomericano de la actualidad. No se equivoca. Este es un libro que recomiendo encarecidmente.