El Último Explorador
Alberto Chimal
Fondo de Cultura Económica
$16.95
Una de muchas virtudes de la lectura, es la posibilidad de viajar más allá de la realidad. La experiencia que nos brinda la literatura incluye conocer lugares muy distantes geográficamente, sitios exóticos y ciudades misteriosas. Bajo esta premisa se nos presenta en la novela El último explorador del escritor mexicano Alberto Chimal, ganador del premio Benemérito de América y el Premio Nacional de Cuento del INBA.
En esta obra, editada por el Fondo de Cultura Económica, se nos revela a brazos abiertos la palabra y en voz alta nos dice: “¡Oigan las sílabas: oscuras emisarias de la Voz, del Orden Escondido, del Palacio del Sí y del No, del Agua de la incógnita, de la palabra que todo lo penetra y nos conduce como se le antoja…”
Sabedor de las “protestades más remotas” este libro es una oportunidad de subir la cuesta a las impredecibles experiencias, transitar la línea de la distorsión infinita donde emergen seres del remoto pasado o del futuro.
Esta novela está anclada en las aguas tibias que transitan de los conflictos cotidianos a los oleajes de lo maravilloso y lo fantástico; nos relata los sorprendentes viajes de Horacio Kustos, así como también las peripecias de los grandes aventureros que dejaron huella en la historia de la humanidad, invitándonos a conocer más sobre ellos, a documentarnos más sobre sus aventuras, así como interesantes enclaves geográficos dignos de revisarlos en los mapas virtuales de Wikipedia. Lluvia, nube y periplos sin olvidar a los robots, navegamos hacia exóticos parajes de la divulgación cultural de forma amena y delirante.
Estos imaginarios nos arrebatan de nuestra zona de confort de lo cotidiano, hacia lugares lejanos donde no se llenan de lo ordinario, “sólo orbes de vidrio que contienen monstruos”.
Todo hombre tiene en su corazón biológico las fibras del explorador, y el laureado e inmortal poeta mexicano Amado Nervo se preguntaba en los albores del siglo XX por el Cristóbal Colón del Futuro: los exploradores del porvenir.
Sin embargo, vale la pena preguntarnos si queda algún lugar actualmente sin explorar en la tierra, además de las profundidades del océano, lugares sin conquistar. Así, a pesar de la depredación de los bosques y selvas, por el mundo quedan todavía parajes inexplorados y se siguen descubriendo vestigios de antiguas civilizaciones y nuevas especies de animales. Todavía hay lugar para los exploradores y las sorpresas. A pesar de nuestro arrogante orgullo por los avances tecnológicos de la humanidad, la naturaleza todavía tiene mucho que mostrar, tanto en la tierra misma como en los confines del cielo.
Esta propuesta es la excursión hacia esas escondidas posibilidades para seguir sorprendiéndonos, despertarnos la imaginación para seguir descubriendo mundos nunca antes vistos más allá del horizonte.