Por Sarko Medina Hinojosa
Coordinar la visita de Rocío Quispe Agnoli a Arequipa fue como organizar el aterrizaje de una nave espacial en la ciudad blanca. La catedrática de Michigan State University traía consigo no solo “Qhipa Pacha: Futurismo Peruano”, sino una nueva forma de entender la literatura especulativa desde nuestra propia tradición cultural, un proyecto que, como señala Haywood Ferreira (2011), representa la maduración de un género que por décadas ha buscado su propia voz en Latinoamérica.
Durante los preparativos, mientras intercambiábamos correos y mensajes, quedó claro que no estábamos ante una simple presentación de libro. Quispe Agnoli, quien también escribe bajo el seudónimo de Rocío Qespi, había concebido un proyecto que transcendía los límites tradicionales del género, alineándose con lo que López Pellisa y Kurlat Ares (2020) identifican como una nueva generación de literatura especulativa latinoamericana. Los que han coordinado un evento saben que muchas cosas deben afinarse, en especial en tiempos como los convulsos peruanos, en que una huelga o paralización puede dejar colgadas presentaciones y participaciones y ¡oh! sorpresa, sin ser Hari Seldon, pudimos anticipar que algo así nos pasaría.
La Llegada a Arequipa
Arequipa, debo indicar, es un lugar muy enigmático, con tres volcanes rodeando la ciudad, un diablo tallado en madrea como púlpito en su Catedral y decenas de leyendas sobre aparecidos y demás seres fantasmales, es un lugar perfecto para la especulación fantástica. Nuestra primera parada de difusión fue el Cine Umbral. Mientras ajustábamos los detalles técnicos para la proyección de los videotrailers, semanas antes me explicó el proceso de su creación: “Ha sido un trabajo intenso”, me confió, “especialmente porque queríamos que las imágenes reflejaran genuinamente el futurismo peruano, no una simple imitación de referentes extranjeros”.
La proyección fue un éxito. Los asistentes fieles al tema quedaron cautivados por la forma en que los trailers fusionaban elementos de nuestra cultura ancestral con visiones futuristas. La necesidad de descentrar las imágenes del futuro es fundamental para el desarrollo de narrativas alternativas, y esto era exactamente lo que estábamos presenciando. Luego, ella explicó un poco más de este enorme trabajo que se realizó junto a su equipo y hasta invitados peruanos que trabajaron en el desarrollo como Daniel Collazos y César Santivañez.
La Biblioteca Como Portal al Futuro
Después en la Biblioteca Mario Vargas Llosa, el encuentro entre academia y creación alcanzó un momento culminante. La Dra. Nardy Rosado Lazo, de la Escuela de Literatura y Lingüística de la Universidad Nacional de San Agustín, con su experiencia en estudios culturales y comunicación intercultural, ofreció un análisis que iluminó dimensiones inexploradas de la obra. Como coordinador del evento, pero con otras ocupaciones que me impidió la presencia física, pude seguir por la transmisión en vivo cómo su intervención generaba nuevas conversaciones entre los asistentes, expandiendo el alcance del proyecto más allá de lo literario.
Durante la sesión de preguntas, Quispe Agnoli compartió una reflexión que capturó la esencia del proyecto: “La literatura fantástica comparte temas con la literatura de terror, de horror, insólita y la ciencia ficción o futurismo”, explicó. “En tanto cuestionan los límites de lo posible y exploran lo imposible, todos estos géneros narrativos son expresiones de lo que hoy entendemos como ficción especulativa”.
Las Voces del Mañana: El Conversatorio en Fabla
No puedo evitar contar que, al día siguiente, lo que sería un conversatorio en la UNSA, se truncó por la huelga de personal administrativo de la misma. Lo que si se desarrolló con gusto fue en la Librería Fabla Salvaje, evento que demostró la vitalidad de la escena literaria local. Victoria Vargas Peraltilla, con sus obras “Coleccionista de almas” y “El intérprete de la muerte”, representaba una tradición narrativa sólida que ahora se aventuraba en territorios especulativos. Su participación en antologías como “Arequipa Futura” evidenciaba la maduración del género en la región.
Valeria Montes Pastor aportó una perspectiva única desde su formación interdisciplinaria. Como artista que trabaja en múltiples medios, incluyendo cine y fotografía, su visión del futurismo peruano trascendía lo puramente literario. “El arte especulativo debe nutrirse de todas las formas de expresión disponibles”, argumentó durante el conversatorio, generando un diálogo fascinante sobre las posibilidades del género.
Rocio, por su parte, dejó en claro que la profesionalización del medio narrativo pasa no solo por la autocontemplación de la propia obra, sino el buscar mejorarla con la mirada de la academia. Para muchos es nuevo hablar de la corrección a niveles máximos, cuando apenas en las editoriales peruanas se ofrece el servicio de impresión. Estas carencias de verificación y corrección, que deberían ser básicas, dificulta que se produzcan obras con una claridad mayor, que no solo justifiquen el gusto de publicar, sino que ofrezcan algo más, profundidad, de repente, trascendencia en lo mejor.
Un Puente Entre Mundos
La edición bilingüe de “Qhipa Pacha” representa más que una traducción; es un puente entre tradiciones literarias. Como señala Bastidas (2021), la ciencia ficción latinoamericana se caracteriza por su hibridez cultural y su capacidad para crear narrativas nacionales alternativas. Este proyecto ejemplifica perfectamente esa tendencia.
La presencia de editores y académicos durante los eventos evidenciaba el creciente interés institucional por la ficción especulativa. Como organizador, pude observar conversaciones entre representantes de diferentes editoriales y universidades, sugiriendo que el impacto del proyecto continuará expandiéndose. La difusión en medios también fue importante, rescatando esta entrevista que le realizaron en el Canal ATV Sur de la ciudad. Los medios, como receptivos con este tipo de literatura en esta ocasión cambiaron su idea y reconocieron el aporte del futurismo:
El Futuro del Futuro
Al reflexionar sobre los eventos, queda claro que la visita de Quispe Agnoli marca un antes y un después en la literatura especulativa peruana. La ciencia ficción latinoamericana está en un momento de transformación, y proyectos como “Qhipa Pacha” están a la vanguardia de este cambio.
La combinación de rigor académico, creatividad literaria y experimentación tecnológica que presenciamos en Arequipa sugiere nuevas posibilidades para el género. El futurismo peruano, lejos de ser una imitación de modelos extranjeros, está encontrando su propia voz, una que resuena tanto con nuestra memoria ancestral como con nuestras aspiraciones contemporáneas. El futuro está atrás y se refleja en el cielo, quién lo niega.
Resumen de los cuentos en la Antología Qhipa Pacha
- FUTURISMO Y MEMORIA ANCESTRAL
“Microleyenda” (Sarko Medina Hinojosa) Una reinterpretación del saqueo del Coricancha que eleva la narrativa histórica a dimensiones cósmicas. El cuento utiliza la metáfora del universo contenido en esferas de oro para reflexionar sobre el impacto de la conquista en la memoria colectiva peruana.
“Hijos del rayo y la centella” (Daniel Salvo) Una brillante fusión entre el mito del chasqui y la figura del superhéroe, que explora las posibilidades de los poderes ancestrales en un contexto futurista. El relato cuestiona las nociones de tiempo y velocidad desde una perspectiva andina.
- FUTURISMO URBANO
“Polvillo azul” (Tania Huerta) Una inquietante visión post-pandémica que explora las consecuencias sociales y físicas de un mundo transformado. El relato destaca por su manejo de la atmósfera y su crítica social.
“Cuando ella despertó” (Sophie Canal) Una exploración de la soledad y el aislamiento en un mundo post-apocalíptico, con elementos de realismo mágico que cuestionan la naturaleza de la realidad.
“Viajero de larga distancia” (José Güich Rodríguez) Un complejo relato sobre dimensiones paralelas y escape que utiliza la burocracia como metáfora de la alienación social.
“Iris” (César Santivañez) Una sofisticada reflexión sobre la naturaleza de la inteligencia artificial y la memoria digital, que cuestiona los límites entre lo humano y lo artificial.
“No quedan Lunas” (Raúl Quiroz Andia) Un relato sobre la comunicación y el control social en un futuro distópico, con una fuerte crítica a los sistemas de vigilancia y las redes sociales.
“Dependencia programada” (Daniel Collazos Bermúdez) Una historia que explora la dependencia tecnológica y el control corporativo, con una fuerte crítica al capitalismo de vigilancia.
“Ledva” (Luis Apolín) Una exploración de las relaciones humanas y el matrimonio en un futuro donde el poliamor es la norma, con un giro oscuro que cuestiona la naturaleza del contrato social.
“Miraflores” (Tanya Tynjälä) Una crítica mordaz a la segregación social y el clasismo en el Perú, proyectada hacia un futuro distópico donde la división de clases alcanza nuevos niveles de horror.
“Madre féretro” (Tania Huerta) Una historia perturbadora sobre la maternidad y el control corporal en un futuro donde la reproducción está estrictamente controlada.
“Despidiendo al abuelo” (Sarko Medina Hinojosa) Una reflexión sobre la vejez y la muerte en una sociedad tecnocrática, con elementos de humor negro que resaltan la deshumanización del sistema.
III. FUTURISMO PERUANO DESDE EL ESPACIO
“Señoras del sol y del firmamento” (Rocío Qespi) Una reinterpretación feminista del mito fundacional inca desde una perspectiva de ciencia ficción, que cuestiona las narrativas tradicionales de poder y género.
“El primer peruano en el espacio” (Daniel Salvo) Un relato que aborda el racismo y la discriminación en un contexto futurista, revelando cómo las estructuras de poder colonial persisten incluso en la exploración espacial.