Villanueva Paravicino, Francois. Sacrificios bajo la luna. Lima: Apogeo, 2022. 98 pp.
Esperaba con gran expectación una nueva entrega, ya sea de cuentos, novela, poemario, de Francois Villanueva Paravicino, autor peruano, nacido en Ayacucho, quien en su biografía tiene varios apuntes interesantes, como haber cursado la maestría en Escritura Creativa de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y haber estudiado Literatura en dicha casa de estudios. La espera no solo ha valido la pena, sino que ha sido una grata experiencia, ya que, en mi opinión, me hallo ante el mejor libro de su autor a la fecha.
Por supuesto, toda apreciación es subjetiva. Pero vayamos por partes.
Me gustaría observar tres fenómenos vitales con respecto a su persona.
Lo primero es que ha publicado libros, y son muy buenos, de poesía, novela, cuento, con reediciones algunos de ellos. Esta experiencia lo ha situado en el medio literario peruano y lo ha validado ante la crítica y los lectores de a pie (los comentarios positivos en el texto de contratapa del libro que nos atañe en esta ocasión son numerosos).
Lo segundo es que ha ganado premios literarios y ha sido finalista en varios de ellos. Aquí entra la discusión de si los concursos validan o no al escritor, pero queda claro que se suman a un currículo llamativo, pues funciona como filtro de calidad.
Hablando de estos filtros, el tercer fenómeno es que Francois publica regularmente en revistas y antologías de literatura general, sobre todo, en las excelentes plataformas «El Narratorio» (Argentina) o «Perro Negro de la Calle» (México). Esta es la observación más interesante de todas, porque nos propone a un autor constante que coloca cuentos y poemas cada mes en espacios virtuales o impresos con el fin de acercar a los lectores a su obra y de ingresar a un proceso de internacionalización efectivo.
No todos los escritores peruanos, aun los más talentosos, tienen la capacidad de escribir en cantidad y calidad (regreso a esta palabra porque si el texto es aprobado por un editor, se discuten poco sus méritos) y colocarse a la vista de todos, sin inseguridades, sin el más mínimo indicio de duda. Francois Villanueva nos demuestra así que en los tiempos actuales es uno de los más importantes escritores del país, que lo mejor de su obra se está mostrando o podría ser que su magnun opus aún esté por ver la luz.
Obviamente, estas son cuestiones muy particulares, no pretendo entrar en debate alguno.
Hablemos un poco del estilo de Francois antes de pasar a ese magistral libro que he leído y releído con avidez. Es un escritor clasicista. Sus influencias pueden rastrearse hasta estos literatos: Maupassant, Poe, Knut Hamsun, Chéjov, Lovecraft, Horacio Quiroga, Ernest Hemingway, Rudyard Kipling, Mary Shelley. En el caso peruano, lo relaciono con Julio Ramón Ribeyro y Abraham Valdelomar, como se ve, todos maestros del cuento corto, sí, Mary Shelley nos dejó magistrales relatos góticos, y es notable su impronta ejercida en el autor. Sus construcciones son muy variadas, aunque hay ciertos tópicos que trata de manera asidua. La ciencia ficción más terror o «ciencia-terror», como la llaman algunos estudiosos, entre los que me incluyo. También está el cuento de misterio que bordea las estructuras de los que publicaba Alfred Hitchcock en sus antologías. En tercera instancia, se encuentra el relato de horror sobrenatural, con el tema de los condenados, las mitologías regionales o el papel que juega el demonio desde una visión judeocristiana.
En «Sacrificios bajo la luna», volumen que reúne quince cuentos. Todos muy buenos, de lo mejor en la producción del autor, tenemos varios temas y motivos que se engarzan con lo observado líneas antes. Ya el título nos indica una tendencia hacia la muerte y lo sectario. La imagen de la portada nos muestra a un hombre adulto, sobre el fondo de la luna llena, con un cuchillo atípico, quizá ceremonial, a punto de atacar.
«Al pie de ultratumba» trata del encuentro de un personaje con el ánima de un escritor peruano famoso y cómo algo «soñado» conduce a lo temible.
En «La firma inédita» aparece la figura del doble o del ensueño espeluznante, fantasmal.
«El loco Matusalén» nos cuenta la historia de un raro personaje parecido a un monstruo.
«Carcajada» es un relato sobre la demencia, narrado desde el ambiente literario nacional.
«El castigo del culpable» recrea un mito andino, el de la qarqacha, en una atmósfera en suma opresiva y pesadillezca, con un desenlace propio de Lovecraft o algún autor de su círculo, como Frank Belknap Long. Desesperanzador en todo momento, nos envuelve de una forma inmediata y, en su brevedad, se convierte en uno de los mejores relatos del libro.
«El puente de los laberintos» es un texto de intriga que parte de la base del periodismo.
«Al otro lado de la mirada» se puede insertar dentro del horror cósmico. Un hombre accede a ciertas visiones prohibidas al ponerse en los ojos las legañas de un animal. Un texto que causa conmoción, se emparenta con las ficciones de Clive Barker y Stephen King.
«Delirios víricos» es un cuento a lo Poe, en lo psicológico. Trata el tema de la pandemia.
«El inquilino» es una terrorífica historia de suspenso, visceral, con un final de pesadilla.
«Antes del crepúsculo», como historia de zombis, aporta mucho a este horroroso tópico.
«Tiempos duros», también un cuento de zombis o infectados, podría ser la secuela de la narración anterior, aunque en vez de una pareja, aquí tenemos a un grupo de personas, las cuales intentan sobrevivir a toda costa. Texto lleno de acción, con desenlace abierto, lo que nos deja entrever que se vienen más relatos de esta criatura.
«Flor carnívora» es otro de los mejores cuentos del volumen. Una joya que me remitió a Nathaniel Hawthorne, en su faceta macabra. La figura de la bestia aquí es muy poderosa. Es ciencia-terror, como las dos ficciones anteriores del literato.
«El marciano gigante» es el único texto del volumen que no es de terror, aunque no deja de lado ese toque siniestro. Es ciencia ficción pura y posee un lado humorístico gratificante.
«No respires» sigue la línea del terror más CF cuando un peligro se cierne sobre unos amigos. Podría parecer incompleto, pero se cierra bien. Me remite a la escritora Tanith Lee.
«El crepúsculo de los refugiados» es, creo yo, el cuento más logrado del volumen, tiene aires de obra de arte. Una familia es amenazada dentro de una casa con un techo debilitado por una lluvia ácida. Un cuento con una tónica más moderna, como los relatos de Richard Matheson o Robert Bloch. Uno aguarda para saber cómo terminará todo. Es la ficción con más páginas del conjunto. Horror aunado a la CF de nuevo. Un gran cierre, impecable, ágil.
Este libro confirma a Francois Villanueva como uno de los maestros del terror peruano. Su impronta en la ciencia ficción y el misterio es digna de mención también, pues maneja estos géneros de modo brillante. Así, su vena fantástica o de suspenso se engloba con sus textos realistas, dándonos a un creador literario completo. «Sacrificios bajo la luna» es un cuaderno con el que es imposible aburrirse. Nos abre paso a miedos atávicos y persistentes, todo ello con una pluma precisa como una cuchilla en una autopsia. También se reafirma al autor como uno de nuestros mejores cuentistas en plena actividad, inventor de argumentos retorcidos y bien hilados. Despierta en nosotros toda clase de emociones; el espanto ante horrores posibles e imposibles, entre estas. A la vez, nos hace pensar en la muerte y la vida.
Sobre el autor
Escritor (1989). Cursó la Maestría en Escritura Creativa de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Estudió Literatura en la UNMSM. Autor de “Cuentos del Vraem” (2017), “El cautivo de blanco” (2018), “Los bajos mundos” (2018), Cementerio prohibido (2019, 2022). Textos suyos aparecen en páginas virtuales, antologías, revistas, diarios y/o, de su propio país como de países extranjeros. Mención especial del Primer Concurso de Poesía (2022) y de Relatos (2021) “Las cenizas de Welles” de España. Ganador del Concurso de Relato y Poesía Para Autopublicar (2020) de Colombia. Ganador del I Concurso de Cuento del Grupo Editorial Caja Negra (2019). Finalista del I Concurso Iberoamericano de Relatos BBVA-Casa de América “Los jóvenes cuentan” (2007) de España. También ha sido distinguido en otros certámenes literarios.
