Hace muy poco leí el segundo libro del escritor finlandés Hannu Rajaniemi. Sus libros tienen muchas particularidades, la primera es estar escritos en ingles y no en finlandés como lengua de origen. Otra es la estar ambientados en un mundo por demás rico y complicado.
En el ultimo Finncon, Hannu fue uno de los invitados de honor, es así como me enteré que es un gran aficionado a los juegos de rol. Entonces el mundo posible creado por este autor tomó más sentido para mí: está fuertemente inspirado por esos juegos en donde uno toma la personalidad que desea, donde todo es irreal, pero sin embargo muy serio para los participantes, en donde nada es lo que parece.
Hablando con otro de los lectores de Hannu, tuve que confesarle no haber entendido casi nada del mundo creado por él y sin embargo haber disfrutado del libro. Por supuesto, siendo la persona aficionada también a los juegos de rol, se preguntaba hasta qué punto me había perdido lo mejor de la obra. Me hizo sentir un poco tonta por no entender lo que para él era lo mejor en las obras de Hannu. Y eso me llevó a la siguiente reflexión: ¿Puede alguien como yo disfrutar de ciencia ficción dura?
Hay varios puntos a tomar en cuenta aquí y no los voy a tratar detenidamente porque más que escribir un ensayo pretendo reflexionar en voz alta. Lo principal para mí es que antes que nada la ciencia ficción es literatura y en la literatura lo importante es que esté bien escrita. Es lo que pasa con el libro de Hannu. A parte de los conceptos extremadamente sofisticados que maneja, él tiene una prosa muy poética, la estructura de sus novelas es muy sólida (actualmente me encuentro leyendo la primera, así en desorden) y sus personajes son verosímiles y están bien construidos, ¿Qué más se le puede pedir a una novela?
Recuerdo que un año, mi marido me regaló para mi cumpleaños “el coronel no tienen quién le escriba” de García Márquez… y no hay nada que deteste más que las novelas históricas. Sin embargo como para mí leer es un vicio y como todo adicto en momentos de desesperación uso lo que me caiga en mano, me puse a leer la novela a falta de otro libro de ciencia ficción. Para mi sorpresa la novela me gustó. Nadie puede poner en duda las capacidades literarias de García Márquez y en este caso tuve la prueba: a pesar de no ser mi género favorito, el libro estaba tan bien escrito que no puede dejarlo hasta terminarlo de un solo tirón.
No soy una persona muy visual, no puedo imaginarme cosas, ni siquiera el mundo de “el señor de los anillos” tiene mucho sentido para mí, para colmo entiendo tanto de ciencia como de chino.Mi ciencia ficción es más que nada a cerca de cambios sociales, es decir lo que se conoce como ciencia ficción “blanda”. No es extraño pues que tenga muchos problemas con imaginarme los mundos creados en los libros de ciencia ficción dura. Hasta ahora el único mundo que he podido entender al cien por ciento es “embassy town” de China Miéville y eso porque sus fundamentos son fuertemente lingüísticos. Entonces ni me tomo la molestia de tratar de entenderlos, ante una descripción demasiado “científica” para mi gusto, simplemente me la salto. Ahora bien, es verdad que uno se salta cosas más bien cuando se trata de un mal libro. Sí, pero hay una gran diferencia entre saltarse algo porque no querer tragarse otra descripción aburrida y saltársela pensando: “Otro párrafo que es mucho para mi cerebrito, mejor lo dejo así”. Es lo segundo que me ha pasado con el libro de Hannu.
Yo creo firmemente que un buen libro es el que permite varias lecturas, que no se cierra en sí mismo. Creo también en el derecho del lector de hacer suyo el libro como mejor le parezca. Quizá haya libros cuyos detalles científicos se me escapen, pero eso no me impedirá disfrutarlos si,como toda narración que se respeta me cuenta una buena historia. Puede que en la ciencia ficción haya algunos “fans” que traten de intimidar con sus comentarios y análisis a la “gente de fuera”. Son justo los que olvidan que la buena ciencia ficción es más ficción que ciencia, son los que discuten si los detalles de tal o cual futuro post apocalíptico correspondía a la realidad o no. Eso pasó durante la presentación del libro de Emilio Bueso en Hispacón, todos discutían si era posible que el petróleo se acabara, si así funcionan en la realidad las eco aldeas y nadie parecía notar que lo importante era que él había colocado esos elementos de manera verosímil en la historia y sobre todo que su prosa está bellamente trabajada.
Y no estoy diciendo que yo, al leer un libro de ciencia ficción como cualquier otro género, leo mejor, pues soy más “literaria”. No se trata de quién es mejor lector que el otro, porque todos los lectores deben ser respetados por igual. Algunas veces recibo mails de mis “fans”, niños de colegio que me escriben emocionados para contarme sus experiencias leyendo mis libros. Algunos hacen unos análisis dignos de una tesis doctoral, otros solo me llenan la página con “onomatopeyas” (tipo “guuuuuuuuuaaaaaaaauuuuuuuuu”). No soy nadie para decir que los primeros son mejores lectores que los segundos, ambos pusieron su parte en el libro, fueron mis “lector in fabula”, como los define Umberto Eco, completaron lo que yo escribí al hacer suyo el texto y ambos merecen mis respetos. No se trata de quién lee correctamente o no, se trata de que todo lector va a disfrutar una obra como su bagaje cultural e intelectual se lo permita porque en toda buena obra no hay una lectura posible, sino infinidad de posibilidades en la lectura. Sea cual sea el libro, nadie lo va a leer igual que otro, simplemente porque somos individuos, somos lector in fabula, y porque finalmente, volviendo a tomar otro concepto de Eco, cada obra es potencialmente una obra abierta, es decir que ofrece diversas explicaciones. Nada más cierto en la ciencia ficción sobre todo, pues se está creando un mundo que no existe en la realidad, inventando conceptos a través del lenguaje, pues al no existir en la realidad, no tenemos otro camino que el neologismo para nombrar las realidades de nuestro mundo. ¿Cómo pues pretender que todos los lectores “entiendan” lo mismo? Sin embargo una vez que cada quién entendió lo que quiso o pudo entender, si es un buen libro al final lo disfrutarán por igual.
¿Puede alguien como yo, que apenas sabe encender la computadora, disfrutar de un relato de ciencia ficción dura? Sí. Si está bien escrito, sí. Si es buena literatura, sí. Estoy aún más segura pues convencí a una persona intimidada por los libros de Hannu, a comprarlos. Le dije que seguro que como yo, se perdería en algunas descripciones, pero que eso no le impediría disfrutar del resto. Luego ella misma le comentaba el libro a otra persona diciendo: “su prosa es preciosa, tiene unas frases bellísimas”. ¿Y acaso no es el cumplido que todo escritor, sea cual sea el género, desea recibir?
El libro de Hannu en español ha sido publicado por Editorial Alamud en España.