Nuevo Libro: (El mío) Ada Lyn

… sí, ya sé, no es muy profesional. Pero la verdad es que es un nuevo libro de ciancia ficción para jóvenes adultos. Está escrito como acostumbro, es decir es una especie de híbrido entre novela y cuento, un poco al estilo del hombre ilustrado, pero con más historia entre las historias.

La historia tronco es una falsa biografía de Jules Verne. Según yo, Jules tuvo una nanny inglesa que además era una autómata y son sus historias las que le hacen tener ganas de escribir. Por allí hace aparición otro clásico de la ciencia ficción. No revelo el nombre a ver si lo encuentran.

Este libro nació debido a uno de los ejercicios que de cuando en cuando me obliga hacer uno de nuestros bloggers y gran amigo Ricardo Acevedo. Estaba pidiendo para MiNatura un cuento steampunk de no más de 25 líneas. Esa historia me dió pié para crear el resto.  El libro está como siempre editado por NORMA, ya es mi cuarto libro con ellos y espero que lleguen más. Las ilustraciones (que me encantan) están hechas por Eunice Espinoza.

Aprovecho para anunciar que será presentado en Finlandia en el festival Kolibri, que promueve la literatura infantil de niños hispano y luso hablantes. Aquí el link al evento en la página de Kolibri.

Como no soy tan poco profesional como para hacerme una crítica yo misma, les dejo una muestra del libro. Justo la primera parte, la que nació de la idea de MiNatura y que por supuesto agrandé para el libro. Espero que lo disfruten.

 

A GOOD ENGLISH NANNY

—¡Jules!, ¡Jules!

Sophie suspiró al levantarse de la chaise lounge.  Ese corsé literalmente la asfixiaba, pero una dama elegante debía tener la cintura pequeña.  Salió de su boudoir y cruzando el pasadizo, se dirigió a la habitación de su hijo. Estaba segura de haber escuchado su risa y la de la nueva niñera  mientras jugaban. ¿Dónde podrían estar?

Esa jovencita que respondía la musical nombre de Ada Lyn, venía con muy buenas recomendaciones de la prestigiosa agencia: “Imperial Nannies” y era verdad que en solo dos semanas había logrado encausar la excesiva curiosidad del pequeño Jules hacia actividades menos peligrosas: Adiós al ruido de otro objeto de porcelana roto, adiós a temer encontrárselo sobre la azotea. Él y la niñera habían hecho buenas migas de inmediato, a pesar de las objeciones del niño al avisarle de que contratarían a otra niñera más. Y es que no les duraban pues Jules les hacía la vida imposible con cosas como escapárseles al menor parpadeo o mostrarles con orgullo el nuevo amigo encontrado en el bosque: gusanos, cucarachas y todo lo que pudiese alcanzar en sus pequeñas manos, está demás explicar que la niñera de turno huía despavorida ante semejantes bichos.

Jules siempre fue un niño curioso (La curiosidad de los inteligentes, decía el abuelo) y no perdía la ocasión de meterse en líos al realizar uno de los tantos “experimentos” e “investigaciones” que parecían ser sus únicas diversiones, causando más de un dolor de cabeza a sus padres. Luego de la renuncia de la última niñera, pues el pequeño Jules le había decolorado el pelo mientras dormía, los padres pensaron que l’enfant terrible era un caso irremediablemente perdido.  Una amiga de infancia le recomendó a Sophie contactarse con “Imperial Nannies”, la mejor agencia de Inglaterra (“y ya sabes la fama que tienen las nannies inglesas”) alegando ser testigo del increíble cambio de su hijo. No se trataba de cohibir la curiosidad normal de un niño pues eso es signo de una mente brillante, sino más bien de encausarla para que en vez de destrozos se convirtiera en algo productivo, le dijo convencida. La historia de su hijo subiendo las calificaciones en el colegio e inclusive socializando más, terminaron de convencer a Sophie.

—Esas chicas vienen muy bien preparadas, no aceptan a cualquiera en esa agencia, ¿sabes? Las calificaciones suben porque  no son unas niñeras más, son prácticamente unas educadoras. Están versadas tanto en gramática como en matemáticas. Y no te preocupes por el acento, a tu hijo no se le pegará ningún anglicismo, porque las chicas son perfectamente bilingües, inclusive sé de algunas que dominan más de tres lenguas a la perfección. Son bastante caras, por supuesto, pero vale la pena pues te quitará un gran peso de encima, eso te lo aseguro.

Así fue como Ada Lyn desembarcó un día con solo una pequeña maleta pero con una gran sonrisa en el rostro. Llevaba un gracioso sombrero floreado, excéntricos botines morados y no usaba corsé. En realidad no lo necesitaba pues su cintura era muy fina. Por otro lado explicó que el corsé le impedía libertad para seguir al niño a todos lados. El día que la encontraron trepada en un árbol junto a Jules quien observaba embelesado el paisaje mientras ella lo protegía con sus brazos, Sophie y Pierre ( su esposo, por supuesto) comprendieron a qué se refería la joven.

La mala cara que le puso Jules a Ada Lyn duró apenas unas horas, la joven se las arregló para ganarse al niño sin necesidad de las medidas drásticas que otras habían propuesto como métodos educativos infalibles. Ada Lyn no prohibió los “experimentos” e investigaciones” de Jules, pero como siempre los supervisaba, los accidentes catastróficos se acabaron, por otro lado ella le introdujo a la lectura para sorpresa de los padres, pues un día lo vieron leyendo un libro de poemas de Alfred de Vigny. Ellos ni se habían dado cuenta cuándo el pequeño Jules había aprendido a leer, pero sobre todo les asombró que a los seis años fuera capaz de leer una obra que muchos adulto encontrarían difícil comprender. ¿No sería una lectura inadecuada para un niño?

—Jules no es un niño cualquiera, es muy inteligente y madura para su edad. No se preocupen, yo siempre vigilo lo que hace y eso incluye el tipo de lecturas que le presento. —Explicó la joven y las dudas desaparecieron. Ella había demostrado que sabía bien lo que hacía, los padres de Jules tenían total confianza en sus métodos. Además el tiempo que dedicaba el niño a la lectura eran horas de paz absoluta en la casa.

Además de ser la mejor niñera que hubiesen tenido, Ada Lyn era discreta, respetuosa y comía tan poco que su presencia no causaba gastos extras en la casa. Todo pues parecía perfecto o casi perfecto, pues sin embargo a Sophie no  dejaba de preocuparle que por momentos la ubicación de Jules y Ada Lyn fuera un misterio. Muchas veces desaparecían por horas y al regresar la joven daba vagas explicaciones de lo que habían hecho. Nada parecía indicar que el pequeño Jules corría algún peligro, pero Sophie no podía evitar sentir naturales celos de madre. Ada Lyn y Jules compartían un lazo secreto y misterioso del cual ella no sabía nada.

—¡Jules!, ¡Ada Lyn!—volvió a gritar lo más que le permitía el torturador corsé, pensando que quizá la joven tenía mucha razón al no usarlo.

En la buhardilla, la bella Ada Lyn le repetía una vez más, mientras le acariciaba dulcemente el cabello:

—Te quiero con todo mi corazón, Jules.

El niño emocionado le pidió:

—¡Muéstrame tu corazón, Ada Lyn!

Ella le hizo un cómplice gesto de silencio, colocando su diáfano dedo sobre sus suaves labios, mientras sonreía dulcemente y luego se abrió el pecho. El niño miró asombrado el corazón mecánico de la joven, latiendo con la precisión de la perfecta pieza de relojería que era. Jamás se cansaría de admirarlo.

—Es el corazón que me dio mi querido padre Zachary, y ahora solo es para ti Jules. Te quiero con todo mi corazón.

 

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