La columna del invertebrado: REC y un recuerdo Found Footage

 

No solo los zombies comen cerebros: La importancia de los referentes.

Ángela: ¡Grábalo todo por tu p*ta madre!

VHSHace unos días me quedé en blanco y, sin motivo alguno, recordé cuando grabé el incendio de un auto. Estaba asustado, captando las imágenes del auto ardiendo y las llantas estallando a pocos metros de un grifo. Afortunadamente, me encontraba a una distancia prudente y protegido por los bomberos. En un parpadeo, dejé pasar ese recuerdo, como un montón de cosas que vienen a nuestra mente y luego se callan, pero ese hecho de hace ya veinte años insistió en hacerse presente. Como si fuera una de esas coincidencias que parecen un mensaje de algo superior, César Costa, un amigo bombero, envió a mi cuenta de Instagram el video del que les hablo. Eso me ha impulsado a escribir este artículo.

En esta columna del Invertebrado voy a dejarme llevar por mis recuerdos relacionados con mi pasión por el cine y mi encuentro con la película REC de Paco Plaza y Jaume Balagueró. Los invito a este trayecto quizás algo descarrilado o a una columna más invertebrada que de costumbre.

Nunca he sido tan amiguero. A los trece, era uno de esos chicos que en vacaciones se la pasaba con un lápiz y un papel dibujando o escribiendo una historia. Cuando me cansaba de eso, iba a una tienda de alquiler de videos VHS. Pepe, el dueño del local, que probablemente era veinte años mayor que yo, solía recomendarme películas. Él es el responsable de mi educación audiovisual y de que hasta ahora no pueda quitarme de la cabeza la película The Crow de Alex Proyas, de la que he hablado aquí antes.

Mi fascinación por el cine creció con cada película que veía, pero después de ver Desperado de Robert Rodriguez y, años más tarde, su making of, no volví a ser el mismo. En este material extra, Rodriguez enseñaba sus trucos sobre cómo grababa, iluminaba y editaba todo él solo y con bajo presupuesto. Como yo moría (y muero) por dirigir o escribir una película con mis propias ideas, vi el video repetidas veces. Esa fue la chispa que me hizo buscar películas con propuestas de argumento, dirección y edición experimentales o distintas.

En esos años me eduqué, desde el VHS al DVD, con Terry Gilliam y sus ángulos aberrantes en Twelve Monkeys (1995), así como con los montajes rítmicos y acelerados propuestos en películas como Lola Rennt (Tom Tykwer, 1998), Saw (James Wan, 2004), Domino (Tony Scott, 2005) o Crank (Brian Taylor y Mark Neveldine, 2006). Esta última me dejó con la boca abierta: este par de locos había usado Google Earth como recurso narrativo. Ese tipo de riesgos me encanta en el cine.

Con todos estos referentes y con estudios de audiovisual encima, sentía la necesidad de hacer algo. La oportunidad prácticamente me tocó la puerta en 2005. Para entonces, Pixel Creativo, la agencia de publicidad que había fundado junto a Christian Pretell y Santiago Álvarez, ya cumplía su tercer año de operaciones. (Trabajé allí durante quince años, compartiendo proyectos y creciendo profesionalmente) Mis socios, además de publicistas, eran bomberos, y fueron ellos quienes me animaron a colaborar en la creación de un videoclip de aniversario para la Compañía de Bomberos Santiago Apóstol del distrito de Surco.

Tomé con un celo casi obsesivo la dirección del videoclip del séptimo aniversario y repetí esta tarea hasta el décimo primero. Luego de una pausa, retomé la dirección por última vez en el décimo quinto aniversario. Además de apoyarme en la producción, mis socios me consiguieron los permisos correspondientes para quedarme noches y días conviviendo con los bomberos y así grabar de cerca las emergencias que atendían. Luego imité el modus operandi de los maestros que he mencionado anteriormente, editando los videos y desarrollando una rústica postproducción con la ayuda de mis socios y algunos miembros de la agencia, hasta entregar cada uno de los videos que se proyectaron en un enorme ecran al final de seis ceremonias de aniversario de la Compañía de Bomberos Santiago Apóstol de Surco.

 

Una premisa sólida, luego los monstruos

Álex : La gente se piensa que andamos apagando incendios normalmente y yo calculo que un 70% de las llamadas que recibimos son para realizar otro tipo de servicios.
Ángela : ¿Cómo qué?
Álex : Por ejemplo, para atajar fugas de agua o para rescatar mascotas, por ejemplo. Eso también. Que aunque suene a tópico es verdad. Rescatamos mascotas.

 

El tiempo que me dediqué a grabar la rutina diurna y nocturna de los Bomberos de Surco no solo me permitió acercarme mucho a accidentes o incendios (tengo algunas anécdotas al respecto que quizás cuente alguna vez), sino que también me permitió, junto a mis amigos, realizar tomas planificadas, valiéndonos de sillas de escritorio o patinetas para grabar travellings (un viejo conocido), así como de lámparas para crear tomas a contraluz y otros trucos que me reservaré. Era una experiencia extraordinaria de puro video de guerrilla.

Para seguir innovando y proponiendo tomas o estilos de edición, me obligaba a buscar películas que presentaran propuestas visuales con estilos similares a los que he mencionado antes. Así, durante mi trabajo con los bomberos, llegó a mis manos REC (Jaume Balagueró y Paco Plaza, 2007). Cuando la coloqué en el reproductor de DVD no sabía nada de la película, pero desde los primeros minutos, me hizo arquear la ceja.

La historia comenzaba mostrando cómo era pasar una noche en un cuartel de bomberos en Barcelona y, salvando algunas distancias como la infraestructura, la situación era muy similar a lo que yo vivía en el cuartel del distrito de Surco cuando me quedaba de guardia para grabar uno de los videos de aniversario de los que te acabo de contar. Las bromas entre bomberos y la confraternidad, por ejemplo. Además de eso, me quedé enganchado durante los 78 minutos de duración porque la forma en que todo parecía estar grabado se sentía tan rudimentaria (estilo reportaje mezclado con found footage) como mis videos, aunque yo no tuviera una reportera frente a mi cámara.

 

Esta no es la misma historia de muertos vivientes

Sinopsis de REC: Una reportera y su camarógrafo acompañan a un grupo de bomberos en una llamada nocturna a un edificio de apartamentos en Barcelona, donde quedan atrapados y descubren una infección que convierte a las personas en criaturas violentas y contagiosas, todo grabado en tiempo real desde la perspectiva de la cámara.

 

A mi parecer, uno de los puntos fuertes de esta historia de zombis es la propuesta distinta a la ya utilizada en el género. La situación ya no ocurre en un pueblo que da a los protagonistas espacio para huir de la amenaza zombi. Tampoco están en una vieja cabaña en medio de la nada o encerrados en un centro comercial. Todo sucede en un edificio de departamentos en medio de la ciudad, básicamente un laberinto que hace mucho más complicado el escape de los humanos, y que además está resguardado en el exterior por un grupo de comandos militares que no les permitirá salir.

El espectador mantiene la esperanza de que alguien se salve porque, aunque las dificultades que se presentan son desalentadoras, entre los atrapados hay un bombero. Alguien capacitado para salir de situaciones terribles, sin ninguna duda, y doy fe de eso.

Pero quizás lo más interesante de todo es que los zombis de REC no han adquirido esa naturaleza debido a una enfermedad producto de experimentos biológicos, desechos radioactivos o algo parecido. Los zombis de REC tienen como causa una infección de origen biológico con un trasfondo sobrenatural.

 

Hagamos una autopsia en lo técnico

Ángela : A mí me da igual lo que digan, esto lo tenemos que grabar. Para eso hemos venido, cojones, y hay que contar lo que está pasando, p*ta mierda.

Muchos años antes de ver REC y hasta la actualidad, no me conformo con ver una película atendiendo solo a la historia que cuenta. Me gusta jugar a anticiparme a la trama y, si la película me lleva por un rumbo que no he contemplado, la disfruto más. Si es una película con una dirección, edición o iluminación particular, presto atención a todos esos elementos para tratar de descifrar qué pretende hacer el director con el espectador. Nada está puesto al azar, como ocurre con REC.

Considero que REC tiene una de las mejores justificaciones narrativas en la historia del cine found footage y un entendimiento que va más allá de la narrativa cinematográfica convencional de su época, ya que se vale de una estructura narrativa al estilo de un videojuego. Todo lo que vemos en pantalla es lo que captura el camarógrafo, al que la reportera obliga a no dejar de grabar, impulsada por el carácter informativo de su trabajo o el sensacionalismo.

En los momentos más tranquilos de la trama, la cámara se mantiene estable, mientras que en los más tensos y de persecución, vibra, alterando la tranquilidad del espectador y logrando una experiencia inmersiva. Otro truco excelente es la visión limitada a lo que decide mostrar el camarógrafo. Esa pérdida de control de una vista completa, a diferencia de otras películas, juega con nuestra ansiedad y angustia ante lo invisible o desconocido. Además, los directores suelen recurrir al ángulo aberrante, donde las imágenes se inclinan hacia un lado para anticipar un momento de alto impacto.

La iluminación que se utiliza a lo largo de la película suele ser frontal, proveniente directamente de la linterna de la cámara o de los cascos de los bomberos. Esto provoca oscuridad en los contornos de la pantalla, generando un efecto de túnel que refuerza la sensación claustrofóbica que provocan los pasillos del edificio en los que estamos encerrados con los protagonistas. La luz aparentemente descuidada y poco estética para lo que estamos acostumbrados a ver en películas habituales, aporta verosimilitud al video. Esta iluminación tan intensa hace que los personajes humanos se vean pálidos de miedo y que los zombis adquieran un aspecto fantasmagórico.

Otro de mis puntos favoritos es la banda sonora. Estamos acostumbrados a los violines intensos cuando el mal aparece en una película de terror. Aquí, los instrumentos musicales no existen, lo cual hace que la experiencia sea más realista. Donde se podría haber incorporado música extradiegética para generar tensión, se reemplaza con efectos de sonido de sirenas en el exterior del edificio que se incrementan progresivamente, sin que el espectador lo note conscientemente, pero logrando la tensión que deben producir las escenas de terror.

 

Momento de escapar

Ángela: Tenemos que salir de aquí.

 

Considero a REC como una película fundamental para los amantes del terror y para aquellos que buscan hacer cine inteligente con pocos recursos. Verla con atención es sumamente inspirador y dispara la creatividad en los ámbitos narrativos y audiovisuales. No por nada, el trabajo de Plaza y Balagueró ha dejado una marca importante en el cine de terror español e incluso ha provocado una versión norteamericana llamada Quarantine (John Erick Dowdle, 2008).

En el cine y la literatura, me interesan mucho las historias que buscan experimentar e innovar en lugar de quedarse en un aburrido bucle de estructuras o temas intocables. Amo el riesgo, porque siempre implica evolución. A veces, para llegar a ideas fantásticas, se produce menos, pero mejor.

Como dice Nacho Vigalondo, otro de mis directores españoles favoritos:
“No puedes hacer cine de terror o de ciencia ficción de calidad, apoyándose exclusivamente en cosas que se hayan hecho antes, sin innovar un poco.”

Creo que nunca podré olvidar REC, porque no puedo dejar de relacionarla con los buenos recuerdos que pasé realizando los videos de la Compañía de Bomberos Santiago Apóstol y cómo el personal siempre me trató con el respeto y cariño de un miembro más de su familia. Hace mucho que no los visito, pero siempre los tengo presentes, así como las cosas que pasamos juntos. Al recordar a muchos de ellos, sonrío al ver pasar un camión de bomberos a toda velocidad rumbo a una emergencia.

Gracias a los bomberos de Surco por la increíble oportunidad que me brindaron, especialmente a Christian y Santiago por confiar en mí.
Y gracias a ti por leerme.

 

Alex: ¿Y Como Se Llama El Programa?
Ángela: Mientras Usted Duerme
Manu: Pero, entonces ¿Quién lo ve? (Risas)

 

Nos vemos en la próxima Columna del Invertebrado

Aquí comparto los últimos vídeos que hicimos con nuestro bajísimo presupuesto, pero con mucho corazón.

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