Ada Lyn es el último título (2018, editorial Norma) de la autora peruana-finlandesa Tanya Tynjälä. Es un libro que más allá de su aparente sencillez temática alcanza un nivel de complejidad no solo a nivel intertextual sino a la hora de enfrentarse a ciertos valores que por lo general se tratan como tabúes para un público infantil.
Para referirme al nivel intertextual, cometeré la indiscreción de citar a la propia autora en una conversación que tuvimos cuando finalicé el libro (¡Y qué lujo es poder compartir opiniones y sentires sobre una obra con sus creadores!) :
Es un guiño a los fans. Hay muchas cosas escondidas en ese libro. Lo publican para niños pero solo los adultos entenderán todas las referencias.
No se trata entonces de que clasificar este libro como literatura infantil-juvenil sea una injusticia hacia el género sino más bien, como en palabras de la misma Tynjälä, se esté preparando “a los lectores de mañana”, para que esta historia los inspire a buscar en las referencias que se van dejando más lecturas y nuevos caminos de conocimiento. Mientras tanto el lector adulto, que comprende algunas de las referencias, o el fan, puede disfrutarlo como una manera creativa de abordar la historia de este género; pues dudo que muchos supiéramos que teníamos una madrina mecánica: Ada Lyn.
De hecho, si todavía dictara mi clase de Ciencia Ficción, pondría a leer a mis estudiantes esta novela como una manera sugestiva de introducirse al género. Pues allí se aborda el germen del amor a la aventura científica y la especulación futurística de las dos figuras patriarcales de esta literatura: Jules Verne y H. G. Wells.
Para empezar a tratar el contenido del libro, recomiendo ver el book trailer del mismo en el que al compás de la música de Erik Satie se aprecian las ilustraciones de Eunice Espinoza para cada capítulo:
Si algo es radicalmente distinto entre un autómata y un humano es su percepción del Tiempo y el Espacio. Esta es la razón por la cual la nanny consuela e inspira a Jules, el intrépido niño de entreguerras, con historias de otros planetas o incluso visiones futuristas del fin de la humanidad. En la introducción, que puede leerse en esta entrada de Amazing Stories: Nuevo Libro Ada Lyn le enseña su secreto más preciado al niño: su corazón.
En los siguientes capítulos, al tiempo que Ada Lyn le confiesa sobre sus orígenes y su creador, al modo de una Scheherezade Steampunk va narrándole historias fantásticas que afiebran cada vez más intensamente la imaginación del niño. La primera historia es la de Víctor, que aparece como la visión de una estrella fugaz. Allí se aborda el tema de la depresión, y el tabú que se rompe es el del suicidio que, por lo general, los adultos prefieren ocultar al público infantil y juvenil; y que Tynjälä elabora de una manera poética y estupenda.
En El País de las Pieles se narra la historia de una inteligencia artificial que conspira contra la raza humana para salvar su propia civilización. Esto sucede en el futuro. Por esta razón es que uno podría pensar que Ada Lyn pertenece a una generación de autómatas que viajan por el Tiempo. El tema es la preservación de cada especie en contra de una ética universal. El tabú que se rompe es de la supuesta bondad de la especie humana. ¿Es buena la especie humana para todas las criaturas —incluso las que él mismo ha creado—? ¿Y es mala toda entidad que atenta contra este especie?
En la historia de Un Hijo Adoptivo se habla sobre la diferencia y nuestra reacción a ella. El trato cruel que los niños suelen dar a quienes tienen imperfecciones físicas, es algo mundialmente conocido, y en el caso de Gecko, es universalmente proclamado. Pero no en todos los lugares de la galaxia la gente diferente tiene que sufrir e incluso se puede encontrar el amor con una especie distinta. El tabú que Tynjälä acá prefiere no abordar es el de la procreación, cuando Jules pregunta cómo se hacen los niños. Ada Lyn esta vez prefiere ahorrarse problemas con los padres y no entrar en detalles.
En El testamento de una excéntrica se ridiculiza el tema de los milagros y la superstición religiosa. A través de una suerte de intercambio forzado con una especie extraterrestre, una mujer que tenía un defecto físico que le impedía caminar obtiene una cura. Pero la “rareza” de su cura, aparentemente milagrosa, no fue la que le dio fama de excéntrica, sino su actitud al despreocuparse por adecuarse al pensamiento de los otros y, al contrario, dedicarse a cultivar sus propias pasiones, como viajar y leer los libros que ella quisiera, como cuando se interesó en Darwin:
¿Cómo podía leer una obra a todas luces escrita por un hereje? ¡Ella que era el fruto de un milagro! Pero Line había aprendido a hacer oídos sordos de todo lo que se dijera sobre ella.
El siguiente capítulo da lugar a la historia de La Casa de la Rue de L’erable. Allí se cuenta la historia de una familia de extraterrestres muy diligentes que pronto se vio sometida al abuso del poder y el desagradecimiento del ser humano. También es una crítica a la sociedad colonialista europea. Los extraterrestres se enfrentan a sus vecinos y les dicen:
—Lamentablemente hemos notado en ustedes una predisposición a abusar de sus congéneres. Con solo leer esas noticias de colonias y guerras…
Por último La Visita Maravillosa, es una revisión ficcionada del nacimiento de nuestro género amado de la Ciencia Ficción. Un final fantástico para destornillarse de risa, digno de una escritora steampunk que como el maese Zachary sabe mover todos los engranajes para dar vida a los mecanismos de la fantasía.
Muchas gracias, querido Luis.