Los cuentos que Pessoa no escribió
Antología que celebra el 130 aniversario de su nacimiento
Huso Editores
Selección y edición de Mayda Bustamante y Gabriela Guerra
Edición bilingüe Español-Portugués
Ilustración de portada de Helena Liz
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Tuve la suerte de participar en esta fabulosa antología, sobre todo porque fui recomendada por mi gran amigo y excelente autor y hombre de teatro (entre otros múltiples oficios) Francisco Garzón Céspedes.
Son veinticinco escritoras de diez países las que participaron. A todas se nos pidió escribir sobre lo que nos inspiró para la historia.
La mayoría se sintió tocada por las cartas de amor que el autor escribiera a Ofelia Queiroz, la única mujer que amara en su vida. Esta historia de amor extravagante y trágico fueron el origen de las historias de las portuguesas Filipa Falcato, La última carta y Maria Estela Guedes, Carta de Álvaro de Campos para Fernando Pessoa; así como de las cubanas Mylene Fernández Pintado, Los fugitivos, y Karla Suárez, Su última carta; del cuento Cartas de la desechada de la venezolana Gisela Kozak Rivero. También se encuentran indirectamente en el cuento Las cosas de la vida de la española Fanny Rubio, cuya historia de amor refleja de alguna manera la de Pessoa y Queiroz.
El Marinero, única obra teatral que escribiera, se encuentra en Llamamiento de la colombiana Diana Obando, Variaciones del marinero y la camelia de la española Marifé Santiago Bolaños y en mi texto Trinidad.
El libro del desasosiego está presente en Revelación de Sumiya de la mexicana Ethel Krauze, y Le invito un café, Don Fernando de la Española Anunciada Fernández de Córdova.
Por su parte la argentina Agustina Bazterrica se inspira del relato La hora del diablo, para escribir su texto Agua y la venezolana Vivian Watson en el poema La tabaquería para escribir un cuento también titulado Tabaquería.
Pero no solo sus textos sirvieron de inspiración. Su excéntrica y de alguna manera infortunada personalidad también fueron fuente de creatividad. Así sus famosos heterónimos, especialmente Álvaro de Campos, alimentaron los cuentos Persona de la argentina Liliana Diaz Mindurry, Un poeta ha muerto en el país de las Sombras Cortas de la cubana Gabriela Guerra Rey, La piel de la sombra de la dominicana Ángela Hernández Núñez y Deambulações de la española Mar Sancho.
El Pessoa viajero y cosmopolita está presente en Havana Revisited de la española Verónica Aranda, La calle de los suspiros de la argentina Silvia Arazi, La hora de la vuelta de la mexicana María García Esperón y Pepe de la cubana María Elena Llana. Mientras que el Pessoa obsesionado por lo arcano se hace presente en Sol en Géminis de la española Consuelo Sánchez Naranjo.
Un Pessoa más personal se puede apreciar en Amado poeta asesino de la Mexicana Josefina Estrada, Tres grados de separación de la española Rebeca Hernández Alonso y El (des) encuentro de la costarricense Anacristina Rossi.
Esta es una antología muy bien armada. A pesar de que cada cuento es único en estilo y voz poética, todos comparten un tono onírico, irreal y al mismo tiempo melancólico, que fue lo que sentí al leer por primera vez El marinero. Es por eso que pienso que el nombre es adecuado: Pessoa hubiera podido escribir estas historias. Quizá con otro estilo, su estilo, pero en cuanto a la temática y a cómo ésta se ha tocado, no hay duda que cada uno de los cuentos tiene algo de Pessoa. Mis cuentos favoritos son Agua y La hora de la vuelta. Sin embargo los otros cuentos no dejaron de gustarme.
Me resulta muy difícil hacer una reseña a un libro en el que participo, siento que no soy objetiva. Pero por justicia con las otras escritoras antologadas, debo decir que es un libro magnífico y que lo recomiendo.
Agradezco nuevamente a Francisco Garzón Céspedes por la recomendación, agradezco también a las antologadoras Mayda Bustamante y Gabriela Guerra por haber elegido mi texto y a todas las prestigiosas escritoras con las que compartí las páginas, por permitirme hacerlo.
