LO FANTASTICO EN LA OBRA DE GONZALO MONTERO LARA

 

Iván Prado Sejas*

Gonzalo Montero Lara, cochabambino, es un escritor prolífico con tendencia por la literatura fantástica. La mayor parte de sus obras están dentro de los géneros de ciencia ficción y narrativa fantástica, con un estilo muy característico que combina lo ficcional y lo fantástico con elementos indigenistas, costumbristas, sociales, marginales y policiacos. Introduce en sus relatos formas narrativas diversas, y sobre todo se observa una inclinación por una visión indigenista y mestiza, dentro de la cultura quechua. Montero ha producido una variedad de cuentos y novelas dentro del género fantástico y es uno de los promotores del mismo en el país.

Gonzalo Montero, en el ámbito de la literatura nacional y latinoamericana, hace resurgir de forma renovada lo mestizo y lo indígena dentro la narrativa fantástica y la ciencia ficción. Si bien, los mitos, las leyendas y las costumbres de las distintas culturas se mantienen todavía vivos en ciertos grupos, Montero posibilita proyectar la visión andina hacia el citadino en relatos singularmente descritos. Por ejemplo, conjunciona lo fantástico y lo costumbrista para dar al lector el alimento que necesita dentro su ámbito cultural. Y al respecto Montero dice: “Deseo llevar al lector historias con sabor a nuestra tierra. Relatos dotados de una  coherencia interna o incoherentes, pero motivadores que reflejen nuestra realidad a través de una fantasía singular, con elementos propios, en un intento de autenticidad que consiga una apetitosa obra universal, escrita para nosotros, ellos y los lectores del más allá. Ten en cuenta que muchos de lectores pueden habitar en otras dimensiones de la existencia.”

Asimismo, Gonzalo Montero combina lo marginal y lo fantástico a la manera de Viscarra y Sáenz quienes fueron los representantes natos de una literatura marginal boliviana. En ese tipo de literatura aparecen hechos y personajes pertenecientes a mundos suburbanos y subculturas locales. Si bien la literatura marginal puede ser vista desde distintas perspectivas, como perteneciente a un submundo particular o a estar fuera del círculo de las editoriales tradicionales. Montero señala que también lo fantástico puede estar “al margen de…”, por ejemplo, puede estar al margen de una literatura impregnada de realismo y de contenido basado en lo meramente cotidiano. En esta línea de pensamiento, según él, lo fantástico puede ser subversivo, irreverente e incomodo. Y así, Montero introduce, dentro lo fantástico de su obra, elementos “marginales” que reflejan una realidad y una hiperrealidad traslapadas en una interacción de fuerzas con distintas valencias.

En una perspectiva de Alison Spedding y de Gustavo Cárdenas, Gonzalo Montero utiliza también dentro su narrativa la jerga del quechuañol para dar vida a los personajes en un entorno particular. Montero enfatiza que los escritores tratan de dar una mayor verosimilitud al arte de la palabra y así el lector será transportado a un escenario creíble, “con colores y aromas reconocibles” que le den autenticidad al paisaje emergente. Si “De cuando en cuando Saturnina” y “Catre de fierro” de Alison Spedding se sitúan en lo que podríamos catalogar de una literatura indigenista contemporánea, con un lenguaje propio, igualmente, la obra de Gonzalo Montero se inserta en lo indígena desde lo mestizo, y también le otorga carta de ciudadanía al lenguaje cotidiano del mestizo y el indígena (jerga quechua-español) dentro de la literatura boliviana. Al lenguaje popular que fue y es todavía rechazado por muchos escritores en la narrativa boliviana, Montero lo usa de manera natural y afina, dentro de ese contexto, un estilo literario propio.

En sus relatos de narrativa fantástica, Gonzalo Montero muestra una narrativa que puede ser también considerada de indigenista (neoindigenista). Igual que Alison Spedding, Iván Prado, Miguel Kunturi y otros escritores de literatura fantástica, Montero se proyecta en lo indígena en varias de sus obras. Él señala que los escritores que cultivan la narrativa fantástica acuden a la cantera de los mitos, leyendas y tradiciones culturales propias de nuestro medio, y que desde épocas remotas han marcado el paso de varios de los escritores nacionales. Montero sigue los pasos de Jesús Lara, Alcides Arguedas y Raúl Botelho, escritores indigenistas de cepa, y desarrolla su literatura introduciendo elementos propiamente indigenistas.

Si bien Gonzalo Montero se hace conocer inicialmente como poeta con una serie de poemarios publicados en décadas pasadas, al mismo tiempo, publica cuentos de narrativa fantástica y ciencia ficción en diferentes medios, mostrando su inclinación hacia la literatura fantástica.

La publicación de relatos de literatura fantástica de Gonzalo Montero se remonta a 1966 cuando publica su cuento “Las Manzanas de Probeta”. En 1993 publica otro relato de ciencia ficción titulado: “La Victoria de la Pachamama”, un cuento de ciencia ficción que gana el primer lugar en el concurso literario organizado por el Colegio Médico, filial Cochabamba. Asimismo, publica en 1998 dos relatos de narrativa fantástica titulados “Diálogo del más aquí” y “Regresión”, editados en la Antología de Poesía y Cuento Médico.

En 2009 publica su cuento “El Molle y el Riflero” en el libro “Ch´ajchu de Itapallu”, un relato dentro del subgénero de lo maravilloso. En este cuento los matices indigenistas se hacen presentes, y esto se refleja, por ejemplo, cuando el Riflero relata:

“Luego nos dedicamos a preparar la ofrenda solicitada mandando a elaborar chicha de maíz ch’uspillo con el aqhador mas reconocido del lugar, la mesa ritual expresamente preparada por el q’oador Yawar Nina conteniendo misterios del alaxpacha, para desatar el ajayu prisionero. Ch’allamos la bebida con la tierra para luego compartir las delicias de un banquete comunitario prácticamente devorando los manjares terrenales al son de tarqas, quenas, bombos y charangos. Celebración que se prolongó hasta pasada la media noche.”

En el cuento “El Portal” (2009), Montero toma la idea central de la leyenda de Manchay Puyto, y hace un reviraje de la historia desde el inframundo hacia una dimensión del supramundo. La música generada por la quena y el cántaro como resonador, llevan al personaje a una dimensión desconocida. Lo maravilloso y lo fantástico emergen en el relato y Montero pretende dar otro significado peculiar al cuento tradicional.

En “La Sirena del Bar” (2009), Gonzalo Montero introduce elementos costumbristas qhochalas o cochabambinos en un relato de narrativa fantástica. Con un estilo particular, Montero mantiene un equilibrio entre las visiones del mestizo, del blanco y del quechua, generando una trama por demás singular. Aparecen un lenguaje descriptivo costumbrista, donde emergen palabras como: chicha, casco, balde de plástico, mesas pegajosas, parranda, tutuma, borrachera, chupa, Pachamama y otros de la jerga popular. Por cierto, la creencia en la sirena está establecida en los andes en los mitos de Mamaqocha y sus doncellas.

Entre 2011 y 2014 Gonzalo Montero publica varios cuentos de ciencia ficción con el título de “Krygor”, en distintas series, en el blog Ciencia y Fantasía en Bolivia y en la antología Las Remotas Edades. En esos relatos Montero muestra su habilidad narrativa dentro del género de la ciencia ficción, con variantes hacia la ciencia ficción dura, ciencia ficción blanda, y el ciberpunk. Los distintos relatos son ambientados en un espacio-tiempo hiperrealista, al estilo Blade Runner. Asimismo, lo sociopolítico emerge como un ingrediente importante para darle un matiz al sistema ideológico de la sociedad donde Krygor está inmerso. La búsqueda de la libertad para el hombre es el acicate para que Krygor se movilice en mundos hiperrealistas, distópicos y totalitarios.

En la antología De Imposibilidades Posibles (2013), publica su relato “Las Chicheras no entran al cielo”, donde Montero afina nuevamente su narrativa maravillosa con elementos costumbristas. El lector que vive en los parajes vallunos, de forma inmediata es trasladado a una dimensión de realismo mágico, y otro lector que vive en entorno citadino, tiene que interpretar la significación de los elementos del relato, que tiene características narrativas fantástico-indigenistas.

En la antología “SUPERNOVA” (2015), Gonzalo Montero publica su cuento de ciencia ficción titulado El Hombre X. En este relato el espacio y el tiempo interdimensional se hacen presentes, y el lector es conducido a utilizar su mente abstracta. Hay relatos dentro de relatos, representando una caja rusa, y el espacio-tiempo ficcional se fractaliza. El cuento es un experimento donde la mente concreta no puede ingresar, y si lo hace, entra en el fondo donde no se observa ninguna figura; el lector se pierde.

En el libro de cuentos “Huellas de Luna” (2010), Gonzalo Montero nos presenta una miscelánea de relatos de narrativa fantástica y ciencia ficción, fusionados con elementos costumbristas e indigenistas. En sus relatos, Gonzalo Montero Lara, hace participar a personajes típicos de nuestra cotidianeidad provinciana (mestizos e indígenas) junto a seres provenientes de otros planos de existencia y de otros mundos. En esta inusitada mezcla, en la atmósfera aparecen la comida típica valluna, la chicha (el néctar del valle), la rayuela, las tradiciones culturales, entidades cosmológicas (la Pachamama) y otros elementos de la cultura qhochala. Lo natural se mezcla con lo sobrenatural de distintas maneras, a veces de forma espontanea y no conflictiva dando al relato un aire de realismo mágico, y otras veces, esa mezcla es conflictiva, ocasionando que surja lo fantástico. En algunos relatos, la mezcla de planos ocasiona, a momentos, un conflicto en el lector, o el traslape de dimensiones ocurre con naturalidad. En esas circunstancias el universo ficcional varía en función del contenido de cada relato. A momentos es ambigua y desconcertante, y a ratos, es armoniosa e inteligible.

“El Misterio de las Tres Tetillas” (2012), es la primera novela de Gonzalo Montero, de narrativa fantástica con elementos de ciencia ficción. En esta obra, Montero toma como base para su historia una leyenda sobre riquezas de los incas escondidas en una zona ubicada en las postrimerías de la cordillera del Tunari. En la historia, dos grupos se internan en la selva para encontrar el tesoro perdido. Son exploradores privados y expedicionarios del gobierno que entran en conflicto en esa búsqueda. Aparece el misterio cuando emergen portales dimensionales y seres desconocidos irrumpen en la historia, tal cual un sueño o pesadilla que introduce el mundo onírico en la realidad. Rimassa (2012) comenta: “Una magia especial rodea la novela del escritor Gonzalo Montero en que el hombre de hoy aún se aferra a leyendas casi olvidadas, veladas por el tiempo, incógnitas a veces impenetrables, como un símbolo de un viaje interior a las profundidades del alma o de su ámbito cultural, en un intento no solamente de conseguir riquezas, sino también esencias recónditas.” La narrativa fantástica de Montero, incrustada en la novela conduce al lector desde la realidad llena de aventuras hacia un mundo extraño. A partir de ese momentum existe un conflicto de planos existenciales, donde los opuestos juegan en un contexto de figura y fondo. En la primera parte de la novela el tiempo y el espacio corresponden a una visión mestizo-indígena, dentro de una mezcla de culturas, la occidental y la quechua. En la segunda parte, aparecen símbolos estelares que avizoran la existencia de planos dimensionales desconocidos. Entonces, los personajes de la obra no sólo tienen que enfrentar situaciones de la realidad, sino que también tienen que interactuar con seres pertenecientes a dimensiones que están más allá del plano físico denso. El tiempo no está más dentro de lo conocido, el tiempo se contrae y se dilata en función de las vivencias. Y el conflicto esencial al final queda abierto, para que el lector pueda imaginar y completar la figura de una gestaltten.

“Viaje al fondo de bar” (2014) es el último libro de cuentos de Montero. En este libro, el autor propone una serie de relatos que según él conduce al lector por misteriosas playas usando el pensamiento, para subir a un árbol inconcebible lleno de posibilidades imaginativas que se pierden en el infinito. En esta obra, Montero combina géneros y subgéneros que se traslapan y configuran un concierto de notas que nos hace recuerdo a obras de Villalpando, quien combina sonidos clásicos con sonidos andino-amazónicos. Varios de los grandes músicos, rompieron paradigmas para establecer nuevos cánones musicales, y Montero rompe con ciertos cánones literarios para que el lector transite entre la realidad y la fantasía, entre lo concreto y lo fantástico.

Las obras de literatura fantástica de Montero navegan por un mar imaginativo “irrealizable” en el mundo real, pero realizable en el mundo fantástico. Montero, como escritor boliviano, con arraigo cultural quechua, traduce el imaginativo local y lo impregna con lo ficcional fantástico. Sus obras están impregnadas de lo mestizo rural y urbano, de lo indígena y de lo cholo; proyectan la vivencia de individuos que viven y respiran en un entorno peculiar lleno de fragancias de las más diversas. En ese contexto, Gonzalo Montero Lara, es un escritor de la llajta, de la tierra, y su obra llega, no sólo a los estantes y habitantes de este país, sino también al resto de los países latinoamericanos que respiran y viven lo indígena en su alma, a pesar de estar viviendo también dentro de la cultura occidental. Montero grita en su lucha, y escribe por mantener los valores intrínsecos de grupos sociales que tienen relevancia, no sólo dentro de su cultura, sino también en la sociedad occidental. En estas circunstancias, Gonzalo Montero no es sólo un representante importante de la literatura fantástica boliviana y latinoamericana, sino también es un baluarte en la defensa de los valores inmersos en los mundos andino-amazónicos.

*Iván Prado Sejas: Psicólogo, escritor, poeta, docente universitario y Presidente de PENBOLIVIA

BIBLIOGRAFIA

-El Portal, de Gonzalo Montero. Recuperado de:

https://cffbolivia.blogspot.com/2009/11/el-portal-de-gonzalo-montero.html

-El misterio de las tres tetillas, de Gonzalo Montero Lara. Recuperado de:

https://cffbolivia.blogspot.com/2012/02/el-misterio-de-la-tres-tetillas-de.html

-La leyenda del Manchay Puyto. Recuperado de:

https://tierradevientos.blogspot.com/2010/07/manchay-puytu.html

-Montero L. Gonzalo. Ciencia ficción en la cultura quechua. Recuperado de: https://penbolivia.org/?p=454

-Montero Lara Gonzalo (2012). El misterio de las tres tetillas. Cochabamba: Grupo Editorial Kipus.

Montero G. & Viscarra V.H. (2009). Ch´ajchu de Itapallu. Ediciones: Itapallu, Cochabamba.

-Montero Lara Gonzalo (2010). Huellas de Luna. Cochabamba: Grupo Editorial Kipus.

-Montero Lara Gonzalo (2015). Viaje al fondo del bar. Cochabamba: Grupo Editorial Kipus.

-Montero Lara Gonzalo & Prado Sejas Iván (2013). De Imposibilidades Posibles. Cochabamba: Grupo Editorial Kipus.

-Montero Lara Gonzalo & Dennis Morales (2015). SUPERNOVA, Antología de Narrativa Fantástica y Ciencia Ficción. Cochabamba: SUPERNOVA.

-Prado Iván & Miguel Esquirol (2014). Las Remotas Edades. I Antología de Ciencia Ficción de Bolivia. Cochabamba: Grupo Editorial Kipus.

-Triveño Ana. Entrevista a Gonzalo Montero Lara sobre “Viaje al fondo del Bar. Recuperado de:

https://cffbolivia.blogspot.com/2014/02/entrevista-gonzalo-montero-lara-sobre.html

 

 

 

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